Polémica con el comienzo de las obras de la plaza Mayor de Chinchón
La primera fase de la remodelación de la plaza Mayor de Chinchón ha comenzado con polémica. La piedra que se está colocando para retener el agua que suele inundar esta plaza inclinada molesta a unos porque es de Burgos en vez de Colmenar, a otros porque hará tropezar a los toreros, y a las mujeres porque la ven como un obstáculo para pasar con el carro de la compra. Mientras tanto, las obras no evitan que cada fin de semana los visitantes atasquen el pueblo.
De los 187 monumentos y espacios protegidos que tiene Chinchón, ha sido su plaza Mayor declarada monumento nacional la que ha cautivado el mayor número de miradas. Desde su última reforma, en 1976, el pasado año la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid aprobó el proyecto de remodelación.La ejecución de la primera fase de estas obras, destinada al saneamiento de humedades y colectores, ha comenzado el mes pasado y corre a cargo de la empresa Construcciones y Restauraciones Rafael Vega, SL, que está colocando piedra de Ontoria (Burgos), que rodeará la plaza y cuya función será retener el agua para que, según el jefe de obras, Macario González, "se solucione el problema de esta plaza, donde, por estar inclinada, las aguas bajan con mucha fuerza y se inunda".
Sin embargo, estas piedras han dividido a la población. Así, mientras los técnicos creen que quedará más monumental, otros vecinos ven como principal impedimento que no sea piedra de Colmenar o que los toreros puedan tropezar con la modulación de la piedra, al coincidir con el callejón de la plaza de toros que se monta en fiestas. Mientras, las señoras consideran que será un obstáculo para pasar con el carro de la compra.
El alcalde de Chinchón, Jesús del Nero, reconoce que a todos les hubiese gustado que se emplease piedra de Colmenar, por ser un pueblo vecino. "Pero no se puede criticar la obra antes de verla acabada. Debemos estar agradecidos a la Consejería de Cultura, que se ha hecho cargo del presupuesto". Éste asciende a 96 millones, aunque, cuando se lleve a cabo la restauración de madera de los claros y cubiertas, podría elevarse, puesto que "tiene más daño de lo que contempla el proyecto", según el alcalde. La balconada del mediodía es la zona más afectada, y de los 224 balcones, el número 24 es el que está en peor estado, aunque, según el jefe de obras, "tiene mucha base y puede aguantar aún".
Se cuenta con un año de plazo para la ejecución de las obras. Cuando finalicen, la plaza será cerrada al tráfico, y se estudia la prohibición de tender ropa en los balcones y que los propietarios de locales comerciales no puedan incluir publicidad en sus toldos, para no romper la estética del conjunto.
A pesar del aspecto que presenta ahora la plaza en obras, el turismo no ha descendido en absoluto. Aparcar en Chinchón un fin de semana se ha convertido en una pesadilla. Hoy las cosas se complicarán aún más porque más de 160 jefes de restaurantes y hoteles europeos visitarán Chinchón, por lo que se aconseja estacionar los vehículos a la entrada del pueblo.
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