La nueva coalición del Ejecutivo vasco promete "no gobernar contra nadie, sino a favor de todos"

Xabier Arzalluz y Carlos Garaikoetxea, presidentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Eusko Alkartasuna (EA), respectivamente, comenzaron a firmar, a las 15.10 de ayer, entre una nube de cámaras y fotógrafos, el primero de los 16 folios del documento base del nuevo acuerdo de coalición en el País Vasco, que establece un reparto de consejerías proporcionar, aunque con una prima para el PNV frente a sus socios de Eusko Alkartasuna y Euskadiko Ezkerra (EE). Portavoces de los tres partidos subrayaron la voluntad de consenso del nuevo Ejecutivo, que "no gobernará contra nadie", dijeron, "sino a favor de todos los vascos".

El tercer gabinete de José Antonio Ardanza contará con trece carteras, tras la creación de un nuevo departamento de Justicia, área hasta ahora comprendida en la Consejería de Presidencia. Los peneuvistas contarán con ocho carteras además de la presidencia, mientras EA consigue tres y Euskadiko Ezkerra, dos. Uno de los ocho consejeros del PNV será, además, vicepresidente.Eusko Alkartasuna ha conseguido la importante cartera de Educación, una de las de mayor presupuesto, además del nuevo departamento de Justicia y del de Economía y Planificación. Euskadiko Ezkerra, por su parte, se hará cargo de las consejerías de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente y Trabajo y Seguridad Social. El PNV retiene carteras decisivas, como Interior y Cultura, y se hace cargo de Industria y Sanidad, hasta ahora en manos de los socialistas.

La firma del acuerdo se celebró en la residencia presidencial de Ajuria Enea, bajo la atenta mirada del lehendakari en funciones, el peneuvista José Antonio Ardanza. Para sellar la paz entre EA y el, PNV, los dos partidos separados hace cinco años tras una violenta crisis, Garaikoetxea, ex presidente del Ejecutivo autónomo, y su sucesor se sentaron frente a frente, en los extremos de la ovalada mesa del Consejo de Gobierno. Ardanza colocó a su izquierda a la delegación del PNV, presidida por Xabier Arzalluz, y a su derecha a Juan María Bandrés y Kepa Aulestia, de EE.

Las explicaciones posteriores sobre el acuerdo dadas por los portavoces de los tres partidos, el consejero de Presidencia en funciones Juan Ramón Guevara, y los secretarios generales de EA y EE, Inazio Oliberi y Kepa Aulestia, respectivamente, se centraron en romper la desconfianza con que la nueva coalición puede ser recibida. "Este es un Gobierno con vocación de consenso y de integración", aseguró Guevara.

Consenso por la paz

El nuevo ejecutivo, según Aulestia, no tendrá ninguna duda en "desarrollar más que nadie los consensos básicos de la sociedad vasca, y entre ellos el fundamental consenso de la paz". En su esfuerzo por deshacer cualquier impresión de frentismo, Oliberi recalcó: "Esta coalición no quiere gobernar contra nadie, sino a favor de todos los vascos".Los tres portavoces dijeron tener confianza en que el nuevo Gabinete pueda mantener relaciones fluidas con el Gobierno central. "Condicionar el cumplimiento y el desarrollo leal del Estatuto a la presencia en el Ejecutivo vasco de un determinado partido", explicó Guevara, "sería un atentado gravísimo y peligroso a la estabilidad del sistema democrático".

Hasta Carlos Garaikoetxea, quien ayer vio cumplida, contra todo pronóstico, la aspiración de un Gobierno de partidos nacionalistas, planteada por él hace seis meses, pidió no jugar con la magia de las palabras. "No hemos hecho más que llegar a un acuerdo consecuente con la interpretación del Estatuto y del autogobierno. Gobernar no sólo consiste en el tópico de las transferencias, sino en el ejercicio de las mismas y en el servicio a la sociedad a partir del autogobierno".

Xabier Arzalluz también quiso quitar hierro a las palabras. "Un Gobierno nacionalista sería aquel que planteara desde la autodeterminación para arríba", declaró. "Un gobierno que se propusiera suprimir la mili en Euskadi o crear nuestros propios impuestos sería foralista. Y este de hoy es un Gobierno de interpretación consecuente del autogobierno formado por nacionalistas".

Silencio de Bandrés

El partido más discreto de los tres firmantes fue Euskadiko Ezkerra, cuyo secretario general, Kepa Aulestia, no quiso emitir juicios al margen de la conferencia de prensa conjunta. Su presidente, Juan María Bandrés, ni siquiera hizo declaraciones. El nuevo Gabinete contará con el apoyo de 37 diputados (22 del PNV, nueve de EA y seis de EE), uno menos de los necesarios para la mayoría absoluta.Los tres partidos estimaron ayer, no obstante, que el nuevo Gobierno nace con coherencia y cohesión "más que suficiente para agotar los cuatro años de legislatura", en palabras de Juan Ramón Guevara.

[El secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) y vicelehendakari en funciones, Ramón Jáuregui, declaró ayer a la cadena SER que "el País Vasco va a ganar poco con este gobierno tricolor". Jáuregui agregó que el punto débil del acuerdo firmado ayer en Ajuria Enea se encuentra en que "sólo pueden cantar victoria los estrictamente nacionalistas y no todos".

Por su parte, Jon Idígoras, miembro de la Mesa Nacional de HB, consideró que el nuevo Gobierno "nace sin ningún tipo de pretensión ni voluntad y, con un peligroso carácter de de provisionalidad"].