Israel discutirá con la CE los problemas de Oriente Próximo
La presidencia luxemburguesa de la Comunidad Europea afirmó ayer que Israel está dispuesto a discutir con la CE una solución global a los problemas de Oriente Próximo "una vez que la paz haya sido alcanzada". Este compromiso fue logrado el domingo en una conversación telefónica mantenida por el ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, y su homólogo luxemburgués, Jacques Poos, según fuentes diplomáticas luxemburguesas.El acuerdo para "una discusión conjunta de los problemas en la región" significa un avance sustancial en la posición de Israel, pero no supone el sí a la conferencia internacional de paz que la Comunidad Europea reclama desde 1981 y que los israelíes han rechazado siempre.
Las soluciones a abordar después de la crisis constituye la principal preocupación de la Comunidad Europea. Los Doce han insistido en la necesidad de una solución pacífica a todos los problemas de Oriente Próximo, incluidos los territorios palestinos ocupados por Israel.
La celebración de una conferencia internacional constituirá, según fuentes diplomáticas, "la piedra de toque sobre la credibilidad del nuevo orden internacional inaugurado con las resoluciones de la ONU contra Irak".
La postura firme de Estados Unidos y la oposición de Israel impidieron establecer cualquier vinculación del problema palestino con los intentos para evitar la guerra. La posición unánime es encarar sucesivamente los dos problemas. La Comunidad insiste en los vínculos especiales e históricos con los países árabes a la hora de reclamar una solución global negociada, a pesar de que la propuesta de conferencia internacional aún no ha prosperado.
Reunión del Parlamento
El Parlamento Europeo celebró en la tarde de ayer un debate en Estrasburgo sobre la crisis del Golfo y la frustrada posición única de la Comunidad Europea en el conflicto. Esta situación que constituye una pésima muestra de las aspiraciones de los Doce a una política exterior común, tiene su paralelo en la Eurocámara. El debate de los eurodiputados convocado el pasado miércoles en Bruselas, en vísperas del estallido de la guerra, fue finalmente abortado por la oposición de los parlamentarios franceses a que esa reunión tuviese como sede la capital belga, generando así un precedente peligroso para el protagonismo exclusivo que Francia defiende para Estrasburgo.
El propio presidente del Parlamento, Enrique Barón, denunció "la falta de coherencia" de los eurodiputados.
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