Máxima prioridad: destruir los Scud
Los aliados reconocen que hay combates aéreos y que la aviación iraquí no ha sido destruida
La tercera jornada de la guerra estuvo marcada por el objetivo prioritario de las fuerzas aliadas de suprimir la amenaza de los misiles Scud, que han atacado a Israel en dos ocasiones, la última ayer, y por la existencia de combates aéreos que desmienten las primeras informaciones sobre la destrucción de la aviación iraquí. La desinformación, presente en todas las guerras, impide conocer la realidad de lo que está sucediendo en el conflicto. Los aliados habían informado que todas las pistas de aterrizaje iraquíes estaban destruidas, pero ayer reconocieron que se habían producido combates aéreos en el golfo Pérsico y el Pentágono informó al Congreso americano de que sólo se habían destruido 11 de los 700 aviones de Irak. Expertos militares estadounidenses consideran, tres días después del inicio de la guerra, que el ejército de Sadam Husein está rehuyendo deliberadamente el combate para prolongar al máximo el conflicto.
Miembros del Congreso americano afirmaron que el Pentágono les había informado de que sólo se habían destruido 11 aparatos de los 600 o 700 que posee Irak, y que la mayoría de los aviones se trasladaron al norte del país poco antes del inicio del conflicto o permanecen camuflados en refugios antiaéreos, aunque van a tener muchas dificultades para actuar al haber sido inutilizadas la mayor parte de las pistas de aterrizaje.Desde que comenzaron las hostilidades, a medianoche del pasado 16 de enero, la fuerza aérea aliada ha efectuado 4.000 salidas y ha eliminado diez aviones iraquíes, la mitad de ellos en las últimas veinticuatro horas, según dijo ayer a las cinco de la tarde (hora peninsular española) un portavoz militar norteamericano en Riad. Estados Unidos, según esta misma fuente, ha perdido tres aviones en las últimas veinticuatro horas, la mitad de los que ha perdido desde que comenzó la guerra. El portavoz norteamericano informó que doce iraquíes habían sido hechos prisioneros, los primeros de la guerra.
Estas informaciones confirman que se han producido combates aéreos sobre el golfo Pérsico, lo que permite deducir que no todas las pistas de aterrizaje iraquíes han sido destruidas. Según fuentes aliadas, las pistas han sido atacadas con una nueva bomba de fabricación británica que se fragmenta al estallar y siembra de minas la zona próxima a la explosión, impidiendo que se lleven a cabo con inmediatez las labores de reconstrucción.
El general Kelly, director de operaciones de la Junta de Jefes del Estado Mayor norteamericano, afirmó que los aliados no pueden considerar que tienen la plena superioridad aérea. "La mayor parte del ejército iraquí continúa allí y habrá que sacarles", dijo Kelly. Irak cuenta con 545.000 soldados y 4.000 tanques, que apenas han sufrido daños.
El segundo ataque iraquí contra Tel Aviv se produjo ayer, cuando varios misiles ("tres o cuatro", según Israel, 11 según Bagdad), estallaron en la capital a las 7.15, hora local (6.15, hora peninsular española). Los misiles Scud, cargados con explosivos convencionales, causaron 16 heridos leves, aunque un ciudadano israelí de 57 años murió de un paro cardiaco al escuchar la alarma aérea en el norte del país.
Miembros del Gobierno israelí, que anunciaron nuevos ataques iraquíes en los próximos días, fueron ayer menos moderados que el viernes al hablar de una respuesta militar. Avi Pazner, el portavoz del primer ministro Isaac Shamir, dijo: "Israel va a responder. Decidiremos cómo, dónde y cuándo se llevará a cabo la respuesta, pero no se pondrá en peligro la coalición árabe-occidental". El ministro de Sanidad Ehut Olmert añadió: "La respuesta será inteligente, combinando consideraciones políticas y militares".
EE UU ha entregado al menos dos baterías de misiles antimisiles Patriots a Israel, pero estos proyectiles todavía no son operativos. En la madrugada del viernes, en Arabia Saudí, un Patriot destruyó un misil iraquí en vuelo. Los Patriot alcanzan una velocidad de 3.200 kilómetros por hora y pueden destruir un proyectil situado a 80 kilómetros.
Búsqueda de misiles
La aviación aliada prosiguió ayer la búsqueda de las plataformas móviles desde las que Irak ha lanzado las dos acciones contra Israel. Según un portavoz norteamericano, Irak cuenta con treinta plataformas permanentes y veinte móviles en perfecto funcionamiento. El esfuerzo trata de impedir nuevos ataques y frenar el intento de Sadam Husein de implicar a Israel en el conflicto para romper la coalición árabe-occidental.
Londres afirmó que se han destruido 11 lanzadores móviles en las últimas horas, pero que aún existen otros 30 muy difíciles de localizar porque están muy bien camufladas y dispersas en el desierto. Una nueva versión de los aviones Tornado británicos destruyeron ayer una de estas baterías móviles. Analistas norteamericanos consideran que cada vez que Irak lanza un misil, inmediatamente se puede localizar el lugar exacto desde donde se ha producido el disparo.
El esfuerzo aliado, combinado con los bombardeos sobre Bagdad y otros objetivos estratégicos en Irak y Kuwait, en unas 4.000 acciones aéreas y con el lanzamiento de 200 misiles Tomahawk, no ha dañado el grueso del ejército de Sadam, según reconoció el Pentágono, muy preocupado con acabar cuanto antes con la amenaza de los Scud. Doce aviones Jaguar franceses bombardearon ayer por segundo día consecutivo en Kuwait un depósito de misiles y munición iraquí. Un misil Scud fue destruido, informa Reuter citando fuentes francesas.
La estrategia
La estrategia de Sadam sería rehuir el combate en la primera oleada de las fuerzas multinacionales para alargar al máximo el conflicto, según fuentes aliadas. Eso explicaría la débil respuesta de los primeros días. La táctica de Sadam obligaría a una invasión de tropas aliadas, lo que causaría enormes pérdidas humanas en ambos bandos. Irak trataría así de provocar un estado de opinión contrario al conflicto en los países occidentales para ganar la guerra, según explicaba ayer un analista militar en The Washington Post.
A primera hora de la tarde de ayer, un portavoz aliado informó en Riad que se habían tomado los primeros prisioneros de la guerra, 12 soldados iraquíes de las baterías antiaéreas de nueve plataformas petrolíferas, situadas a lo largo de Kuwait. La operación se lanzó desde la fragata Nicholas, acompañada de una patrullera kuwaití, situada en algún lugar del Golfo Pérsico. Fuerzas helitransportadas inuti-
lizaron las baterías y trasladaron a los 12 iraquíes a la fragata, antes de ser enviados a un campo de prisioneros.
El bombardeo masivo sobre las posiciones de la Guardia Republicana, la fuerza de élite del ejército iraquí, anunciado el viernes por los aliados, no se llevó finalmente a cabo por razones meteorológicas. Los aviones encontraron un nuevo enemigo: las nubes. Hasta ayer, el cielo estaba completamente despejado tanto en Irak como en Kuwait.
40 cazabombarderos F-18A Hornet, cargados con 220 kilos de explosivos, sobrevolaron la zona donde se halla la Guardia Republicana., pero no pudieron llevar a cabo la misión prioritaria: destruir los carros de combate de la división de élite iraquí.
La destrucción de una batería artillera de Irak, que causó tres heridos el viernes entre marines norteamericanos, ha causado la muerte de unos 40 soldados iraquíes, según el Pentágono.
En otras operaciones de las que se tuvo noticia, en una información cuidadosamente filtrada por los mandos aliados, helicópteros Cobra atacaron una posición de morteros, causando 10 muertos entre los iraquíes, según fuentes de los marines.
Pérdidas
Los aliados reconocen la pérdida de diez aviones, aunque Irak insiste en que son 102. Los pilotos se consideran "desaparecidos en combate", aunque se teme que hayan muerto.
Los aviones derribados se dividen de esta forma por nacionalidades: cinco estadounidenses (dos A-6E, un OV-10, un F-18A y un F-15E), dos británicos (Tornado), un italiano (Tornado) y un kuwaití (Skyhawk). El décimo avión se da por perdido. Radio Bagdad ofreció ayer una recompensa económica 10.000 dinares iraquíes (unos tres millones de pesetas) al que entregue a las autoridades pilotos aliados que hayan logrado sobrevivir.
Irak ofrece tres millones de pesetas de recompensa por cada piloto capturado en combatePilotos franceses aseguran haber acabado con un misil Scud iraquí en Kuwait
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