Empiezan los trabajos de la Conferencia para la unión monetaria

Los directores generales del Tesoro de los Doce, constituidos en calidad de representantes personales de los ministros de Economía y Hacienda, celebraron ayer en Bruselas la primera reunión de trabajo de la conferencia intergubernamental para la Unión Económica y Monetaria (UEM). Esta fue inaugurada oficialmente en Roma el pasado 15 de diciembre. La presidencia luxemburguesa planteó la necesidad de presentar propuestas concretas para la reforma de los tratados de la CE que garanticen los objetivos de un banco central europeo y una moneda única. Hasta ahora el único proyecto completo es el de la Comisión Europea.El ministro Carlos Solchaga, según Manuel Conthe, director general del Tesoro, presentará en los próximos días una propuesta más detallada sobre las reformas a establecer durante la segunda fase o etapa decisiva para poner en marcha las instituciones que gestionarán en el futuro la política monetaria única de la CE. La primera fase o de coordinación de las políticas monetarias, de los Doce entró en vigor el pasado 1 de julio.

El acercamiento entre las economías constituye una condición básica para implantar la UEM. La Comisión Europea ha expresado su preocupación por el retraso de este objetivo aprobado en junio de 1989 en la cumbre de Madrid. Este tema será debatido el próximo día 28 por los ministros de Economía y Finanzas. España se encuentra entre los países que se verán obligados a hacer reajustes económicos para adaptarse a la moneda única.

A propuesta española, los Doce han asumido retrasar el inicio de la segunda fase al 1 de enero de 1994, en lugar de 1993 como proponía la Comisión. La cumbre de Roma aprobó el pasado 15 de diciembre que antes de finales de 1997 , los jefes de Estado y de Gobierno deberían decidir la fecha de inicio de la tercera y definitiva fase.

En el debate de ayer fue abordada la última propuesta británica, que plantea la creación de un ecu fuerte como decimotercera moneda en la Comunidad Europea. La novedad de la posición británica, en los 29 artículos propuestos como base jurídica para la gestión de esa nueva divisa, es el puente que tiende hacia el futuro banco central europeo. El Reino Unido acepta la posibilidad de transformar el Fondo Fondo Monetario Europeo en el sistema federal de bancos centrales, institución clave de la reforma comunitaria. Tampoco descarta la hipótesis de que al final sea conveniente llegar a una moneda única, pero no la acepta en principio.

Estos dos cambios de posición conectan el modelo británico a la propuesta de enganche formulada por Solchaga el pasado mes de septiembre. La diferencia fundamental es que España admite como indiscutible el paso a la tercera fase, mientras el Reino Unido no se la plantea por el momento, limitando su modelo a una evolución abierta a los dictados del mercado.

El representante alemán valoró la apertura británica, pero dejó clara que 'está lejos de lo que nosotros queremos'. Más claro fue el director general del Tesoro francés quien afirmó que el proyecto británico 'contiene trigo y cizaña y hay que separarlas'. Francia presentará también un, proyecto articulado concretos. Irlanda formuló un cuestionario sobre los objetivos a conseguir, similar a los propuestos por Luxemburgo.