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GENTE

lan McKellen

Polémica por el título de sir al actor británico

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El que el actor Ian McKellen haya aceptado el título de sir ha suscitado una enconada polémica entre los homosexuales británicos, en particular entre los del mundo de la farándula, dividido entre los irritados ante la idea de que el más reputado shakespeariano de su generación haya aceptado tal honor de un Gobierno al que consideran insufriblemente homófobo y quienes lo ven como un hito definitivo. El activista McKellen, siempre dispuesto a defender la causa de los homosexuales, asiste mudo al espectáculo.El cineasta Derek Jarman, homosexual y enfermo de sida, ha tomado la bandera de los críticos en un debate que se libra estos días en las páginas del diario The Guardian al escribir que, como "artista maricón", no podía sino sentir consternación ante la noticia de que McKellen había aceptado el honor de convertirse en sir Ian de manos de un Gobierno que ha estigmatizado a los homosexuales y tiene planes legislativos para seguir estrechando el cerco en torno a ellos.

Tal andanada ha llevado a un grupo de 18 actores, dramaturgos y directores a manifestarse públicamente como homosexuales -por más que fueran de dominio público las filias de algunos de ellos- y a solidarizarse con McKellen, cuyo encumbramiento a caballero ven como un hito para el movimiento gay británico. "Nunca más podrán las figuras públicas decir que han de mantener en secreto su homosexualidad por temor a dañar su carrera", dicen con el optimismo del militante.

Los que Jarman ya ha motejado como los 18 de McKellen -menos de los tanteados por los promotores de la idea de aparecer en público, ya que el temor a ser descubiertos y perder oportunidades profesionales echó a varios para atrás- se han ganado, así, su correspondiente invectiva. Jarman les acusa de elitistas y de ignorar lo que es la sufrida vida de los homosexuales "más allá del mundo de las artes", donde "los mismos políticos que han honrado al homosexual sir Ian" están preparando reformas legales para recortar determinadas prácticas homosexuales y muy pocos osan descubrir su clandestina identidad sexual.

El laborista Chris Smith, el único parlamentario que ha reconocido su homosexualidad, defiende que McKellen haya aceptado el tributo oficial y cree que "el hecho de que el establishment, el sector dominante, se haya sentido capaz de otorgar uno de sus más altos honores a alguien que no sólo es homosexual, sino que lo es orgullosa y abiertamente, demuestra que hay alguien que ha aprendido que homosexuales y lesbianas contribuyen valiosamente a la vida de nuestra nación".

No es la primera vez que el establishment concede altos honores a un homosexual, que en su día recibieron los compositores sir Noel Coward y lord Benjamin Britten o el historiador y ex espía soviético sir Anthony Blunt, entre otros, pero ninguno de ellos fue un homosexual conocido fuera de selectos círculos y mucho menos un activista como lo es McKellen, quien, a sus 51 años, dice haber nacido en 1988, cuando se decidió a vivir abiertamente su homosexualidad. El actor sigue en silencio la polémica, algo que ha sorprendido a quienes le reprochaban que les pusiera la cabeza como un bombo con sus constantes alusiones a su nueva vida y a la causa gay.

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