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Pérez de Cuéllar va a Bagdad sin mandato negociador

El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, emprendió ayer viaje con destino a Bagdad, en un desesperado intento de realizar una mediación de última hora con el presidente iraquí, Sadam Husein, que evite una guerra en el conflicto de¡ Golfo, que, tras el fracaso de las conversaciones de Ginebra entre el secretario de Estado norteamericano, James Baker, y el ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Tarek Aziz, parece cada vez más inevitable.

El veterano diplomático peruano, que tiene en su haber como secretario general el arreglo de conflictos insolubles como el armisticio entre Irán e Irak y el alto el fuego en Afganistán, no ocultó su pesimismo ante la misión imposible que emprende."Como secretario general de las Naciones Unidas, mi única fuerza es mi fuerza moral", manifestó Pérez de Cuéllar el miércoles por la noche al anunciar su aceptación de la misión de paz a Bagdad. "Mi obligación moral es hacer todo lo que esté a mi alcance para evitar lo peor", añadió.

La misión de Pérez de Cuéllar, que ya intentó una mediación infructuosa en el conflicto el pasado agosto en una entrevista mantenida con Aziz en Arriman, cuenta con el beneplácito de los miembros del Consejo de Seguridad y con las bendiciones del Gobierno norteamericano, expresadas públicamente tanto por el presidente George Bush como por Baker.

El secretario general, que antes de aceptar su misión mediadora se entrevistó con los embajadores norteamericano e iraquí ante la organización internacional, Thomas Pickering, y Abdul Amir Al-Anbari, respectivamente, así como con el presidente de turno del Consejo de Seguridad, Adeito Nzengeya, de Zaire, tiene previsto llegar a Bagdad el sábado, después de una escala en Sulza, para entrevistarse con el presidente Sadam Husein.

El hecho de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es juez y parte en la disputa con Irak al haber aprobado 12 resoluciones contrarias a las tesis de Bagdad hace doblemente difícil la misión de Pérez de Cuéllar. Su capacidad de maniobra está limitada por el mismo texto de las resoluciones de la organización mundial, que le permiten, como ha explicado un funcionario norteamericano, -clarificar pero no negociar".

[El ministro italiano de Exteriores, Gianni de Michelis apuntó ayer en Roma que la mayor oferta de Pérez de Cuéllar en su misión sería el envío a Kuwait de una fuerza de paz de la ONU, de la cual estarían excluidos EE UU y los otros miembros de la alianza antliraquí. Un portavoz de la ONU matizó este anuncio y, aunque reconoció que ese plan podría ser mencionado, aseguró: "no es una idea que el secretario general haya considerado firmemente", informa

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]Al mismo tiempo, Pérez de Cuéllar no desea que un rosario de otros posibles mediadores, como los enviados de los presidentes francés y argelino, Interfieran su misión de paz y empañen con sus gestiones sus posibilidades de éxito.

Apoyo norteamericano

Washington apuesta claramente por Pérez de Cuéllar y así se lo hizo saber personalmente el presidente Bush en una entrevista mantenida el pasado sábado en su residencia de Camp David y en una conversación telefónica celebrada el miércoles tras el fracaso de la reunión de Ginebra.

La esperanza norteamericana es que el secretario general, que se ganó la confianza de los iraquíes con su mediación en el conflicto entre Bagdad y Teherán, consiga arrancar a Sadam Husein unas concesiones que Tarek Aziz no quiso o no pudo hacer en Ginebra ante el secretario de Estado norteamericano por temor a ser acusado de plegarse a las presiones de Estados Unidos.

Washington también espera que el secretario general pueda exponer con toda claridad en su entrevista con Sadam la determinación de EE UU y del resto de los países integrados en la coalición internacional a hacer cumplir por la fuerza la resolución 678 del Consejo de Seguridad, si las tropas Iraquíes no han abandonado Kuwait antes de que se cumpla el plazo fijado por la ONU, que vence el martes.

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