_
_
_
_

Baker se niega a posponer el ultimátum de la ONU

El secretario norteamericano de Estado, James Baker, inició ayer en Londres con ánimo pesimista un último esfuerzo diplomático para evitar la guerra en el Golfo. Baker desestimó los indicios que llegan de Bagdad orientados a posponer la fecha límite a partir de la cual las Naciones Unidas autorizan el uso de la fuerza en contra de Irak al decir que la fecha del 15 de enero es real y que la única posibilidad de paz es que Sadam Husein así lo entienda. El secretario de Estado manifestó antes de llegar a Londres que algunos de los aliados de la fuerza internacional están impacientes por ir a la guerra contra Irak.

Baker inició su jornada londinense de entrevistas con detalladas discusiones con su homólogo británico, Douglas Hurd, representante del país más a tono con el pensamiento y la estrategia norteamericana ante el conflicto del Golfo.Al concluir el almuerzo de trabajo, ambos comparecieron por breves instantes ante la residencia del secretario del Foreign Office para reiterar la posición de firmeza anglo-norteamericana ante Bagdad y, en particular, para responder a los rumores que llegan de Irak de que Sadam Husein desea que las Naciones Unidas establezcan una nueva fecha límite para evacuar Kuwait.

Baker desechó la posibilidad de establecer un nuevo límite para la retirada iraquí y dijo que el Gobierno de Bagdad habría tenido 45 días para pensar qué hacer desde la fijación de la fecha por el Consejo de Seguridad de la ONU. "No deberíamos hablar de posponer fechas límite que hemos estado pidiendo durante cinco meses", señaló Baker. "Hemos estado repitiendo una y otra vez que esa fecha es real y, a mi entender, la única posibilidad de paz es que Sadam Husein entienda que esa fecha es real y que somos serios".

Desafíos desde Bagdad

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Hurd apoyó a su huésped y aseguró: "Mantenemos posiciones idénticas. Va con nuestros mejores deseos a Ginebra", donde Baker se entrevistará mañana con su homólogo iraquí, Tarek Aziz Según Hurd, el mensaje que lleva Baker a la ciudad suiza es doble o Sadam Husein cumple con las resoluciones de la ONU y se retira de Kuwait o será expulsado por la fuerza. El jefe de la diplomacia británica también desestimó los rumores. "El único mensaje que se oye (desde Bagdad) es el del desafío", dijo.

[En un nuevo discurso, el presidente iraquí amenazó con llevar la guerra hasta "el último rincón de la Tierra". "Aunque el peso principal de la lucha militar recaiga sobre Irak, el alcance de nuestras operaciones puede llegar a los agresores en todo el mundo", dijo Sadam en un mensaje dirigido a altos mandos militares iraquíes, divulgado ayer por la prensa y la televisión.]

Las consultas con el Gobierno británico son las más gratificantes que va a mantener Baker en su gira por 10 países de Europa y Oriente Próximo. Los británicos son los únicos con quienes Washington tiene motivos para mantener relaciones de plena confianza, en especial llegada la hora del conflicto armado. En Londres se habla de que la fuerza multinacional desplegada en el Golfo está dividida en dos grupos perfectamente definidos: la alianza y la coalición. Aquélla la componen el tándem anglo-norteamericano, coordinado y comprometido, mientras que ésta está constituida por la heterogénea formación de las otras 26 fuerzas, con muy dispares grados de fiabilidad política y militar.

La gira de Baker -que concluirá la víspera de la fecha límite del 15 de enero con su retorno a Washington, previa nueva escala en Londres- tiene por objetivo atar los últimos cabos diplomáticos y militares y confirmar ante Aziz la determinación de ir a la guerra si Sadam Husein no evacua Kuwait. Baker se ha confesado pesimista sobre la posibilidad de que sus conversaciones con Aziz sirvan para evitar el conflicto y ha manifestado que la mayoría de las fuerzas desplegadas en la zona están preparadas para la apertura de hostilidades. "La inmensa mayoría se mostrará firme", dijo poco antes de aterrizar en Londres. "No sólo están dispuestas a combatir; algunas de ellas están impacientes por combatir".

Baker se entrevistó ayer también con el líder de la oposición británica, Neil Kinnock, quien parece dispuesto a romper el consenso mantenido hasta la fecha con el Gobierno si estalla la guerra inmediatamente después del 15 de enero, según ha dejado entender el responsable de Exteriores en el Gobierno en la sombra, Gerald Kaufman, quien sostiene que hay que dar más tiempo a las sanciones económicas.

Baker, que hoy se entrevistará con el presidente François Mitterrand en París y con el canciller germano Helmut Kohl, recibió ayer por la tarde al secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, y al ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jacques Poos, presidente de turno de la Comunidad Europea.

[Por otra parte, la cumbre entre los presidentes de EE UU, George Bush, y de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, prevista para los días 11 al 13 de febrero en Moscú podría aplazarse debido a la crisis del Golfo Pérsico, según dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, citado por Efe].

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_