Cuatro gobernantes árabes tratan de acercar posturas y evitar la guerra
"Queremos unificar nuestros esfuerzos y posturas para serví r al futuro de la nación árabe", manifestó ayer el líder libio, Muammar el Gaddafi, para justificar la minicumbre que ha organizado con Mohamed Hosni Mubarak, de Egipto; Hafez el Asad, de Siria, y Omar al Bachir, de Sudán. Los tres gobernantes respondieron con su presencia en la ciudad libia de Misurata al llamamiento de Gaddafi para buscar un arreglo a la crisis provocada por la invasión iraquí de Kuwait, hace cinco meses."Cada vez que pedimos a Irak que se retire de sus posiciones, Irak responde con insultos. Esto es malo y muy triste", se quejó Mubarak ante sus pares, según unas declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias egipcia, Mena. La prensa oficiosa egipcia califica estos días al presidente iraquí, Sadam Husein, como un hombre "que ha perdido el juicio".
El rais, que se sentó al lado de Gaddafi en su tienda de Misurata, a unos 200 kilómetros al este de la capital libia, recibió sin duda el apoyo de Hafez el Asad, con quien ha compartido puntos de vista a lo largo de toda la crisis del Golfo.
Egipto y Siria han enviado el mayor número de tropas árabes a la fuerza multinacional de medio millón de hombres que dirige EE UU.
La repentina reunión ganó credibilidad al congregar tanto a amigos como a enemigos de Irak. Así, Bachir y el propio Gaddafi, que se muestran más críticos con la presencia norteamericana en la región, pudieron ofrecer el contrapunto a las propuestas sirio-egipcias. El mandatario sudanés parece, no obstante, haber endurecido su posición ante Irak en las últimas semanas.
En un breve encuentro con los periodistas, Gaddafi se mostró optimista sobre la posibilidad de encontrar una solución pacífica a la crisis. "Así lo creo, sí", dijo. "Irak siempre nos sorprende con decisiones inesperadas", añadió. El número uno libio ha descrito la cumbre como un esfuerzo para alcanzar una postura árabe unificada "sobre lo que puede ocurrir con la crisis del Golfo en los próximos días".
Evitar una humillación
Los cuatro mandatarios han pedido a Sadam Husein que se retire de Kuwait y evite la humillación de la derrota por parte de la fuerza multinacional que le hace frente en el Golfo.
Pero Sadam Husein se ha mantenido desafiante. "No queremos la guerra, queremos la paz", manifestó el jueves a una delegación parlamentaria soviética. "Si la lucha se convierte en nuestro destino, lucharemos para defender nuestra libertad, dignidad e independencia", añadió.
Mientras tanto, en lo que parece un gesto orientado a restar credibilidad a los esfuerzos diplomáticos, Bagdad ha anunciado un sustancioso incremento del 200% en las pagas a sus soldados para provocar su entusiasmo.
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