Italia, de nuevo tras el Reino Unido en la lista de países industrializados
Los italianos se han despertado en el nuevo año con una noticia amarga. Según una nota oficial de¡ centro de estadística de la Comunidad Europea, el Eurostat, Italia es de nuevo el sexto, y no el quinto, país más industrializado del mundo, dejando de nuevo el paso al Reino Unido, a quien había aventajado en 1985.
Pero quizás lo que más ha desilusionado a los italianos es que su país en realidad nunca había llegado a superar en riqueza al Reino Unido, ni siquiera a mitad de los años ochenta, cuando se dio el gran anuncio de que Italia se había colocado, en niveles de producto interior bruto (PIB), detrás de Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia, suplantando al Reino Unido.Las cifras hechas públicas por el Eurostat sobre el PIB revelan que desde el año 1985 el Reino Unido ha estado siempre por delante de Italia. Lo que había ocurrido es que, durante el Gobierno Craxi, había sido revalorizado el PIB de este país en un 17,8% calculando en dicha cifra el llamado "trabajo sumergido" que en efecto existe, pero que es imposible cuantificar.
Ahora los datos de la Comunidad Europea afirman que aquel subterfugio no sirvió para nada y que Italia nunca dejó de ser el sexto país más industrializado del mundo, confirmando así las sospechas que siempre habían manifestado los británicos que nunca se habían resignado a aquella noticia para ellos humillante de sentirse adelantados en riqueza por el bel paese. Consideraban que era imposible que Italia, con una deuda pública impresionante, casi igual al producto nacional bruto, con unos servicios públicos que no funcionan y con medio país incontrolado por causa de sus mafias, pudiera haber superado al Reino Unido que ha conseguido anular el déficit público y que ha gastado recursos enormes para sanear el medio ambiente.
Quizás los italianos ya se olían que se había tratado de u a pura operación de fachada para dar una inyección de optimismo a un país que tan poca confianza tiene y demuestra en sus gobernantes, hasta el punto que el mismo presidente de la República, el democristiano Francesco Cossiga, ha hablado a fin de año de ,"asfixia política de las instituciones" y de la necesidad de cambiar la misma Constitución para enderezar unas instituciones públicas que están llegando hasta la parálisis.
En efecto, por primera vez en los últimos años, según un sondeo nacional, sucede que los italianos registran frente al año 1991 un índice mayor de pesimismo global, pasando del primero al noveno puesto de la Comunidad en el grado de "estima propia".
También por primera vez, los italianos afirman que "no están contentos de ellos mismos", que es como decir que no lo están con quienes les gobiernan y es que muchos temen la competencia extranjera frente al mercado único de 1993.
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