La CE aprueba el régimen de integración pIena de Canarias a la Comunidad

La Comisión Europea aprobó ayer el régimen de integración plena de las islas Canarias a la CE, que se producirá en el 2001, tras un período transitorio de 10 años. El archipiélago está ahora fuera de las principales políticas comunitarias: agrícola, pesquera, fiscal, comercial y unión aduanera. La adhesión contempla numerosas excepciones para evitar la subida de precios internos y compensar la desventaja de su insularidad y situación ultraperiférica dentro de la CE.

El nuevo estatuto tiene que ser aprobado por unanimidad en el Consejo de Ministros de la CE, lo cual dificulta cualquier posibilidad de mejora. La propuesta de la Comisión consiste en un reglamento de 11 artículos y el programa paralelo de ayudas (Programa de Opciones Específicas por el Alejamiento y la Insularidad de las Islas Canarias). Además se acompañará de otras medidas de apoyo aún por definir, dirigidas a los sectores de transporte, fiscalidad, investigación y desarrollo tecnológico y apoyo social. El objetivo es lograr una aprobación rápida del régimen de integración y el Gobierno español ha solicitado oficialmente a la próxima presidencia luxemburguesa que incluya este tema entre sus prioridades. A la vez que la de Canarias, se contempla la integración de las islas portuguesas de Azores y Madeira.El nuevo estatuto de territorio comunitario a todos los efectos anulará la vigencia del Protocolo 2 del Tratado de Adhesión de España a la CE en el que se prevé un régimen especial. El propio Parlamento canario decidió en 1983 quedarse fuera de lo más sustancial de las políticas comunitarias para salvaguardar sus ventajas de puerto franco. La situación cambió y, tras la rebelión fiscal contra la CE de principios de 1989, el Gobierno y el Farlamento autónomo optaron por la integración plena.

"El documento elaborado por la Comisión recoge las partes esenciales de nuestras preocupaciones", manifestó Pedro Solbes, secretario de Estado para la CE. El Gobierno canario aspira a ir más lejos, especialmente en exenciones fiscales y condiciones de puerto franco, pero está pillado entre la dificultad de lograr una unaminidad de los Doce si pretende ir más lejos y la necesidad de no quedarse fuera de la Europa integrada de 1993. Además logrará romper la incongruencia jurídica de su estatuto especial que le reservaba un futuro ele territorio de país tercero, discriminado en sus relaciones comerciales.

El nuevo régimen contempla condiciones especiales de abastecimiento para ciertos productos, que seguirán entrando en las islas al precio internacional. Si proceden de la CE se beneficiarán de las subvenciones a la exportación para evitar la subida de precios en las islas. Ciertos tipos de carne, cereales, productos lácteos, aceites vegetales y arroz se verán beneficiados, así como los textiles, los aparatos de óptica y electrónica, y los coches destinados al consumo interno. Canarias dispondrá de un régimen especial para las compras de tabaco en rama y la exportación de cigarrillos y cigarros, pero la ventaja fiscal estará limitada al mantenimiento de la actividad actual. El régimen de puerto franco se verá recortado, pero será "el más ventajoso de la CU, según fuentes españolas.

Venta de productos

En paralelo, la CE adoptará medidas específicas para favorecer la producción local, especialmente frutas y hortalizas. En cuanto al plátano, la reserva del mercado nacional se mantendrá hasta finales de 1995 y luego esta producción se acogerá al sistema especial que decida la Comunidad. Con la entrada, Canarias tendrá libertad de exportación total a la península y disfrutará del sistema general para las ventas a otros países comunitarios.

El régimen fiscal del archipiélago se verá modificado con el nuevo impuesto general indirecto canario, un gravamen sobre el volumen de ventas cuyo tipo me dio es inferior al 4%. A la vez, el nuevo impuesto sobre producción e importación sustituirá al arbitrio especial (las tarifas van del 0,1% al 5%), pero desparecerá en 10 años a través de un desmantelamiento progresivo. A cambio, Canarias aceptará un arancel a las exportaciones que inicialmente será del 30% de la tarifa exterior común de la CE. A partir del tercer año, aumentará un 5% y después del quinto año irá creciendo hasta igualarse con el arancel común. En esta aproximación del gravamen comercial están los principales problemas.

El coste de la integración, según los cálculos de la Comisión Europea, es muy bajo (900 millones de pesetas en 1992 y 11.000 millones en los seis primeros años). La razón de que sea netamente inferior al de Azores y Madeira o al de los territorios de ultramar franceses es que Canarias ya disfruta, como región más favorecida, de los fondos de la CE para el desarrollo regional.