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Ponce Enrile: "Cory Aquino tiene que marcharse"

Juan Ponce Enrile, ex ministro de Defensa y actual senador por el Partido Nacionalista de Filipinas, se convirtió hace tiempo en el enemigo número uno de Corazón (Cory) Aquino, la cual le ha acusado repetidas veces de estar involucrado en diversas intentonas de los militares golpistas. Ponce Enrile, que cuenta con dinero en abundancia y una perfecta maquinaria política, aspira a ser el próximo presidente de la República si obtiene el apoyo de su partido.

"Tengo gran confianza en que seré yo el elegido del partido si hay una votación secreta. Estoy dispuesto a marcharme a Estados Unidos, España, donde sea, para que la convención nacionalista actúe libremente, sin presiones. No haré nada, ni gastaré dinero, para influir en mi selección", declara Ponce Enrile en el despacho que tiene en el Senado, rodeado de colaboradores y secretarias.Este hombre, que durante 17 años fue ministro de Defensa en la dictadura de Ferdinand Marcos y apoyó luego la revolución popular que llevó a Aquino al poder hasta que ésta lo echó poco después de su Gobierno por sospechas golpistas, se siente importante y escuchado. Concede entrevistas, recibe a niños y atiende los intereses del electorado. Dinero a esta organización, regalos a aquella otra.

Es un personaje controvertido, y mucha gente en la calle expresa desconfianza hacia él por estimar que es un eterno conspirador. Él responde: "La gente tiene gran imaginación. Recuerde que Jesucristo también fue acusado de muchas cosas. Soy un ciudadano normal. ¿Dice que no soy popular? Vale, mañana mismo, que se convoquen elecciones. Ya lo veremos".

Incitar a la rebelión

El Gobierno le detuvo en febrero pasado con la acusación de incitación a la rebelión y múltiple asesinato en relación con el intento de golpe de diciembre de 1989, pero una semana después Ponce Enrile obtuvo la libertad condicional del Tribunal Supremo. El ministro de Justicia planteó torpemente el caso introduciendo una figura delictiva que no estaba contemplada en el Código Penal filipino.La acusación contra Ponce Enrile se basa en que alguien vio al presunto cabecilla del levantamiento de 1989, el fugado coronel Gregorio (Gringo) Honasan, y a varios de sus soldados en una casa del político durante los días de la insurrección y en una visita que, al parecer, él habría hecho a uno de los hoteles tomados por los rebeldes.

"Nunca he estado envuelto en ningún golpe, y reto a que demuestren lo contrario. Que vayan a mi casa y me vigilen o que me permitan estar fuera del país durante un año. En España, por ejemplo, si el Gobierno español lo autoriza. Verá usted entonces que incluso mi ausencia no impedirá que haya nuevos intentos. Porque el problema está en este Gobierno. Los militares son también filipinos y son conscientes de que el pueblo sufre. ¿Por qué hubo guerra civil en España?, pregunta.

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Ponce Enrile fue invitado a asistir como líder de la oposición a la reunión del Consejo de Seguridad Nacional que Aquino convocó por primera vez en sus casi cinco años de presidenta en el palacio de Malacañang el pasado mes. "Fue un ejercicio inútil. No volveré más". Explica que no tiene nada personal contra Cory -"rezo por ella"-, pero califica de completa incompetencia su gestión y opina que debe dimitir cuanto antes y adelantar las elecciones, que en principio están previstas para mayo de 1992. "Los problemas del país no los puede resolver ella. Por eso tiene que marcharse. No tiene capacidad de liderazgo. Si yo fuera presidente, sabría imponerme y convencer al Congreso de que apruebe las propuestas de ley. Si no fuera así, Dios mío, no me consideraría líder", asegura.

El futuro presidente de Filipinas, piensa Ponce Enrile, debe ser una persona que sepa aplicar la ley y que se haga respetar: "Hay que controlar a los parientes, impedir que la gente robe el dinero público y poner freno al despilfarro". Cuando se le pregunta qué clase de país le gustaría dirigir, contesta que un país en paz, "en la dirección, aunque no completamente igual, de Hong Kong, Taiwan, Malasia o Singapur". ¿Filipinas necesita, entonces, un hombre fuerte? "No, no. No necesitamos un Franco. Se trata de hallar una persona lúcida, sensata, respetada". E invoca: "Creo que necesitamos a alguien como San Juan de la Cruz".

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