"Contra el destino nadie la talla"
Si la muerte de una artista consiste en su desaparición física, Concha Piquer llevaba muchos años muerta. Nadie podía afirmar que no se hubiera volatilizado en el aire o hubiera emigrado a otro mundo.Siempre me admiró ese ejercicio absolutamente moderno, esa rotundidad en la decisión de abandonar, de retirarse del oficio cuando aún hubiera podido cantar bastantes años más, como demuestran otras colegas suyas.
Pero la Piquer era algo más que una folclórica, una cantante o una artista. Era un mito. Y eso no se elige. Eso a uno le toca y como diría Gardel (otro mito): "Contra el destino nadie la talla".
Doña Concha Piquer alcanzó esa categoría siendo todavía muy joven y el tiempo, e incluso su retiro prematuro de las tablas, no ha hecho más que acrecentarla. En el mundo de copla, ese universto tan desgarrado (más que el bolero aunque m nos que el tango) la impecabilidad formal, la majeza y el estado de gracia tienen un nombre.
Al margen
Ese nombre hoy ya en el recuerdo esconde a alguien que supo y sabe llegar al corazón de la gente, al margen de las modas, las épocas o el relevo generacíonal.
Los que componemos el público, en definitiva, no pedimos mucho más que eso. Que tres o cuatro minutos de canción nos emocionen y nos sacudan por dentro, nos hagan reir, llorar, soñar, viajar... Y Concha Piquer lo consigue siempre.
Si la muerte de una artista es el olvido de su obra, ella, la más grande, no morirá nunca. Eso significaría que habíamos llegado al final de la historia y la historia, como todo el mundo sabe, no tiene final. Y menos la historia del sentimiento.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.