Las tropas ubicadas en el Golfo acogen con optimismo la resolución de la ONU
JAVIER AYUSO, ENVIADO ESPECIAL, Los ánimos parecen haber cambiado de un día para otro. Hace apenas 48 horas, las tropas norteamericanas desplegadas en la zona del Golfo se mostraban inquietas e incómodas en sus posiciones. Pero nada más conocerse la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, los soldados están más optimistas.
La mayoría coincide en que el ultimátum haga recapacitar a Sadam Husein y todos dicen estar preparados para la guerra, aunque con5esan que tienen miedo. Mientras los 15 miembros del Consejo de Seguridad debatían la propuesta presentada por el secretario de Estado norteamericano, los 400.000 soldados que componen las fuerzas multinacionales esperaban con impaciencia el final de la votación a más de 11.000 kilómetros de Nueva York. Y cuando la televisión saudí, la BBC o la Voice of America informaron del resultado de la votación, las tropas estacionadas en la provincial oriental de Arabia Saudí respiraron satisfechas.La noticia corrió inmediatamente de un campamento a otro. La ONU había Fijado un plazo de 45 días para que las tropas iraquíes abandonen el territorio de Kuwait y a partir de entonces (el 15 de enero), este organismo internacional autorizaba el usode cualquier medida necesaria para hacer que se cumpla su mandato. Por fin, después de largas semanas, meses de espera, los soldados norteamericanos, británicos, franceses, saudíes, sirios, egipcios, kuwaitíes y de casi 20 países más empezaban a vislumbrar el final del conflicto.
Un ambiente más relajado
Ayer por la mañana, a las 8.00 (6.00 hora española) varias docenas de soldados de distintos cuerpos del ejército norteamericano esperaban tranquilamente en uno de los hangares de la base aérea King Abdulaziz, en Dahran, a que les llegara el turno de marchar en alguno de los aviones o simplemente ayudar a descargar las miles de toneladas de material que llegan a diario en los enormes aviones Supergalaxy. El ambiente allí era de absoluta tranquilidad, a pesar que desde hace 24 horas las tropas están en alerta amarilla ante una posible acción iraquí. Los marines, soldados de infantería, tanquistas o pilotos juegan animadamente a las cartas, beben café o miran la televisión, sin inmutarse por la llegada de los periodistas. Todos parecen relajados. "Por fin alguien ha hecho algo", dice un joven marine sin apartar sus ojos de la televisión, que emite un informativo de la cadena norteamericana CNN. "Ya hay una fecha concreta y espero que el ultimátum haga recapacitar a Sadam y que se marche de una vez de Kuwait. Si no lo hace, peor para él porque nosotros estamos muy bien preparados para la guerra
Un suboficial comenta, mientras termina una pizza, que la resolución de las ONU es muy positiva, "pero es difícil de valorar su alcance real. Tengo sentimientos encontrados. No sé lo que va a sucecder, pero como todos prefiero que todo se solucione de forma pacífica. Odio la guerra, aunque desde aquí no podemos hacer nada para evitarla. Si se llega al 15 de enero sin que hayan cambiado las cosas, tendremos que entrar en acción".
En ese ambiente de cierto optimismo, todos cambian de cara cuando se les pregunta si tienen miedo a la guerra. "Claro que sí", responde una soldado de unos 24 años, "sería estúpida si no tuviera miedo a la guerra. Todos preferimos que esto se solucione de forma pacífica". Resignación, esperanza, miedo... Las tropas no tienen otro remedio que esperar en sus posiciones a que algo suceda. La paz o la guerra. Muchos de ellos llevan más de 100 días aquí y todos saben que les quedan por lo menos otros dos meses, con la Navidad por medio.
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