El Gobierno búlgaro consigue superar una moción de censura
La oposición búlgara, integrada en la Unión de Fuerzas Democráticas (UDF), abandonó ayer el Parlamento de Sofía después de que la mayoría del partido socialista (PSB, ex comunista) derrotara por 201 votos frente a 149 una moción de censara contra el primer ministro, el socialista Andrei Lukanov. El mínimo consenso democrático habido en Bulgaria desde la legalización de la oposición poco después del derrocamiento del dictador Todor Yivkov, hace un año, quedó ayer roto.
La transición se halla en grave peligro de salirse de los cauces pacíficos en que ha transcurrido. El temor a enfrentamientos masivos y violentos entre miembros de la oposición y seguidores del partido del Gobierno se incrementó ayer con el anuncio de nuevas movilizaciones por ambas partes.Con el abandono del Parlamento por parte de la Unión de Fuerzas Democráticas, el conflicto entre Gobierno y oposición amenaza con pasar a la calle.
En Sofía, varios miles de jóvenes salieron anoche a celebrar la salida del Parlamento de la oposición y recorrieron las calles exigiendo la dimisión de Lukanov y coreando lemas como "PCB, mafia" y "abajo los comunistas".
La oposición, a través del sindicato Podkrepa, ha convocado una huelga general para el próximo lunes, y el partido socialista llamó ayer a sus seguidores a manifestarse hoy en Sofia contra lo que califica de "intentos antidemocráticos de la oposición de hacerse con el poder total pese a su minoría en el Parlamento". La dirección de la UDF decidirá la próxima semana si se retira definitivamente del Parlamento electo en junio pasado en unos comicios cuyos resultados, pese a numerosas irregularidades, había decidido entonces aceptar.
Lukanov expresó en el Parlamento su decisión de continuar a la cabeza del Gobierno y proseguir con las reformas, mientras la oposición lo acusó de intentar perpetuar el poder comunista. La actitud de la oposición de recurrir a una moción de censura en un Parlamento en el que se sabe en minoría y abandonarlo después al fracasar su intento de hacer caer a Lukanov con una votación secreta puede provocar en los próximos días una división en la oposición.
Esta haría aún más incontrolable la inestable situación que vive todo el país. El ex comunista partido socialista ha votado prácticamente en bloque en el Parlamento ante la ofensiva de la oposición. Sin embargo, la situación en los próximos días se hace del todo imprevisible.
Pocos búlgaros creen que Lukanov pueda no ya imponer su política de reformas con el mero apoyo del grupo parlamentario socialista, lo que parece descartado, sino siquiera mantenerse mas allá de unas semanas en la actual situación interna, con el Estado en bancarrota, un dramático des abastecimiento y una mayoría de la población urbana en abierta hostilidad con su partido y su persona.
El jueves por la noche se produjeron enfrentamientos violentos entre seguidores del Gobierno y de la oposición en la plaza frente a la sede del Parlamento en Sofía. La policía antidisturbios tuvo que intervenir. Desde hace meses proliferan los choques entre las dos facciones en que se ha dividido la sociedad búlgara desde las elecciones de junio pasado. Estos están adquiriendo un carácter cada vez más violento y crispado, con el constante deterioro de la situación política, económica y social.
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