Ricos y pobres

El juez instructor decretó el pasado 24 de octubre el ingreso en prisión de los primeros nueve detenidos relacionados con el fraude. Entre otros, ingresaron en la Modelo Pere Bou, cerebro de la operación, y su socio José Epideo Gómez; los asesores José Llamas y Antonio García García; el empleado de Cubiertas Carlos García Rodríguez, y los directores de sucursales del Banco Central en Barcelona José Antonio Ulloa y Carlos Alberto Silván.

Pere Bou declaró ante el juez el nombre de relevantes firmas relacionadas con el fraude, pero las detenciones de empresarios no se produjeron. Sólo afectaban ya a pequeños industriales y empleados. Algunos letrados intentaron convencer al magistrado de que el autor de un delito fiscal es siempre un empresario, y no sus empleados. Salieron entonces de prisión dos empleados de Cubiertas e ingresó en la misma el subdirector general de esta companía, Juan Ignacio Manresa Rovira.

Pero luego sólo se practicaron dos detenciones importantes más: Manuel Alcaraz y Ángel Martínez, presidente y secretario, respectivamente, de Polizur. Ocho días después, Alcaraz y Martínez salían del penal tras pagar cada uno una fianza de cuatro millones de pesetas. El directivo de Cubiertas depositó una fianza de 12 millones, mientras que una pequeña empresa tardaba dos días en recaudar el millón que solicitaba el juez. La categoría de los abogados que asisten a los implicados está en relación directa con su posición social. El prestigioso gabinete de letrados de Joan Piqué Vidal se encarga de los casos de gran parte de los encartados, mientras que otros abogados son desconocidos. Entre los últimos detenidos aparecen ya mecánicos y chatarreros -aunque con pingües beneficios-. Ahora sólo quedan cinco personas en la Modelo. Fuentes oficiales sostienen que esta red -no descartan que haya otras- no da más de sí.