Confirmada la muerte de seis españoles en el accidente aéreo cerca de Zúrich
La Oficina de Información Diplomática (OID) confirmó ayer la muerte de seis ciudadanos españoles en el accidente aéreo de un avión de la compañía italiana Alitalia ocurrido en la noche del miércoles en las proximidades del aeropuerto de la ciudad suiza de Zúrich. Los 46 ocupantes del avión (40 pasajeros y 6 tripulantes) perdieron la vida. Un pasajero apellidado Nava resultó ser de nacionalidad italiana y no española, como se sospechaba en un principio. Los cadáveres de los españoles habían sido rescatados anoche.
Tres de los españoles eran altos ejecutivos de la empresa Asea Brown Brovery, antigua Cenemesa, con sede en Reinosa (Cantabria). Se trata de Manuel García García, de 46 años, jefe de producción, casado y con cuatro hijos; su cuñado Francisco Campo Cossío, de 39 años, casado, sin hijos, y Rafael García García, de 41 años, soltero. Los tres ingenieros técnicos habían volado de Madrid a Milán el pasado día 13, y desde allí se dirigían a Zúrich, donde la multinacional para la que trabajaban, dedicada a la fabricación de motores eléctricos, tiene su sede central en Europa, informa Jesús Delgado desde Santander. Ocho familiares de los tres ingenieros, residentes en Reinosa, partieron ayer por carretera hacia Zúrich, ya que se negaron a viajar en avión, a fin de intervenir en la identificación de los restos carbonizados y tramitar su repatriación.Otro de los fallecidos españoles es Antonio Alva Robles, director general de Indalsa, empresa filial de Ferrovial. Los dos restantes son Joaquina Anglada, -copiloto del actual campeón de España de rallies, Francisco Aribudio- y Julio Giménez. Enrico Nava, italiano de 39 años, resultó ser un empleado de una empresa de material eléctrico de Milán. Fue el último pasajero que embarcó en el avión siniestrado. Según Alitalia, un total de 12 fallecidos -entre ellos, los seis tripulantes- eran italianos; Murieron también ocho suizos, siete estadounidenses, dos japoneses, dos alemanes, un británico, un indio, un holandés, un francés, un finlandés y un libanés.
Expertos de la aviación civil suiza se desplazaron al lugar del accidente, en Stadlerberg, al norte de Zúrich, para investigar las causas del siniestro. Una parte del fuselaje con el logotipo de Alitalia, la cola del avión, un reactor y algunos trozos de ala de menos de un metro de longitud era todo lo que quedaba de la nave. Los restos del aparato se hallan esparcidos en un radio de 120 metros en la cima de la colina Stadlerberg.
Un portavoz del aeropuerto de Zúrich manifestó que un error del piloto podría haber sido la causa del accidente. "El hecho de que el avión volaba unos 300 metros más bajo de lo que debía en su aproximación y de que testigos presenciales oyeran la aceleración de los motores nos hace pensar que el piloto se dio cuenta de su error e intentó rectificar", explicó el portavoz. Testigos del suceso declararon que el avión estalló en vuelo y se incendio después. Fuentes del aeropuerto sugirieron, tras estos testimonios, que no se descarta un atentado.
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