_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El apretón

Un preservativo siempre es necesario. SI, por ejemplo, se encuentra uno en el cruce de Manzanares y le da el apretón, bueno será que lleve un preservativo en la cartera, pues por un sofoco momentáneo no va a dejar embarazada a la que pase.Posiblemente la que pase toma pastillicas para no quedarse embarazada, pero eso no basta para prescindir de¡ preservativo. Quién sabe si tiene convertida la verija en zoo y custodia una manada de tigres de Bengala que se pueden llevar de un bocado lo de¡ día de la boda.

Claro que ella corre parecidos riesgos. Seguramente no quedará embarazada porque la avíen a la descubierta -las pastillicas suelen dar resultado-, mas junto a la prestación convenida podría recibir una inesperada Inmigración de criaturitas de Dios en la que no falte de nada, desde los severos gonococos a las retozonas ladILlas.

Sucesos de semejante corte han venido acaeciendo en el cruce de Manzanares (y en otros lugares también) desde tiempo inmemorial, y por esta razón el preservativo es un invento antiguo de generalizado uso. Había quien lo compraba, quien lo pedía prestado y quien lo tenía de fabricación casera. Como no existía televisión, sus propiedades se difundían por transmisión oral, y hasta circulaban lemas. Entre marineros: "Evitarás el espanto

si guardas un preservativo / en el forro del lepanto"; y entre gente civil: "Es conveniente llevar un condón / en el bolsillo del pantalón".

Dedúcese de cuanto antecede que el preservativo es útil en caso de apretón, aunque apenas haría falta si cuantos gustan holgar hicieran ablución de las zonas bajeras propias de la coyunda, pues muchos se abstienen para no constiparse. Lo cual indica que retozar sin peligro de ser devorado por donde la persona más se aprecia sólo será posible cuando todo el mundo se entere de que el agua y el jabón no son los enemigos corporales. O sea, jamás.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_