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Jorge Carpio gana por poca diferencia la primera vuelta electoral en Guatemala

Antonio Caño

Jorge Carpio, de la Union de Centro Nacional (UCN, en la oposición), obtuvo la victoria en la primera vuelta de las elecciones celebradas el domingo en Guatemala, al alcanzar el 25,4% de los votos, según los resultados provisionales dados a conocer anoche. Jorge Serrano Elías, un protestante evangélico de 45 años que colaboró con la dictadura del general Efraín Ríos Montt y que ha participado hasta ahora en todas las conversaciones sostenidas con la guerrilla, se apuntó un sorprendente segundo lugar, al lograr el 24,6% al frente del Movimiento de Acción Solidaria (MAS).

Los expertos consideraban anoche que los votos que faltaba escrutar, procedentes de lugares alejados de la capital, confirmarían el triunfo de Carpio, que estuvo en segundo lugar, detrás de Serrano, durante las primeras 20 horas del recuento de votos.Este último candidato, sin medios económicos y sin el respaldo de las poderosas organizaciones empresariales, superó, al alcanzar el segundo lughar, a uno de los claros favoritos, Álvaro Arzú, y a la gubernamental Democracia Cristiana, y se aseguro el paso a la segunda vuelta, el próximo 6 de enero, en la que disputará la presidencia a Carpio.

El voto de la desesperación, el respaldo a opciones no tradicionales, que estaba destinado a Ríos Montt se canalizó finalmente hacia un hombre con el que el general comparte, además de la fe religiosa, la característica de no ser una alternativa electoral surgida de los laboratorios de imagen de los grandes partidos o de las principales instituciones. El buen resultado de Serrano se fraguó en la capital, pero fue ratificada en algunos lugares del interior del país. A primera hora, pese a la tendencia de continuo ascenso de Jorge Carpio, Serrano encabezaba el escrutinio.Buena parte de los votos de Serrano procede de la comunidad evangélica de Guatemala, a la que pertenece alrededor del 25% del país, lo que constituye la mayor comunidad protestante de Centroamérica. Serrano y toda su familia pertenecen a la secta Shadai, una congregación nacida en Guatemala.

La campaña de Serrano, en la que invirtió tan sólo 150.000 dólares, veinte o treinta veces menos que sus principales contrincantes, estuvo basada en el con tacto directo con los electores. Al estilo Fujimori recorrió todo el país en autobús y, según él mismo dijo a EL PAÍS, le dio personalmente la mano a más de 300.000 guatemaltecos.

Hombre de talante abierto y cordial, Serrano ha adquirido una gran experiencia en sus contactos con la guerrilla de la Unión Nacional Revolucionaria Guatemalteca (UNRG), por lo que se le considera como el político con más posibilidades de conducir un proceso de paz, dado que también está bien relacionado con las Fuerzas Armadas. Durante la campaña ha mantenido un tono conciliador y actualmente asegura mantener "buenas relaciones con todas las fuerzas políticas, desde la guerrilla hasta la extrema derecha

Indefinición ideológica

Ideológicamente es indefinible. Se le podría situar entre el populismo de derechas y el centro inmaculadamente neutro. Su cargo de presidente del Consejo de Estado durante el régimen de Ríos Montt no le ha inhabilitado para su diálogo con las distintas fuerzas políticas, por lo que goza de buenas posibilidades de aglutinar un mayor respaldo en la segunda vuelta.No es un político nuevo ni completamente desconocido. En las elecciones presidenciales de hace cinco años obtuvo ya el 15% de los votos.

Desde entonces ha tenido una presencia discreta en la política, hasta que, cinco días antes de los últimos comicios, las encuestas empezaron a advertir que su veloz carrera por fuera amenazaba a los dos principales aspirantes.

Jorge Carpio empezó el escrutinio situado en cuarta posición y fue avanzando hasta lograr el primer lugar. Sin embargo, ha perdido ya su gran oportunidad de convertirse en el nuevo presidente, puesto que en esa segunda oportunidad todos los demás partidos van a votar contra él.

Álvaro Arzú, del Partido de Avanzada Nacional (PAN), la alternativa tecnocrática y modernizadora, sólo podría justificar la enorme expectativa creada en la campana pasando a la segunda vuelta; pero llegó sólo al tercer lugar, con el 18,6% de los votos.

La Democracia Cristiana, como estaba previsto, quedó relegada al cuarto lugar, con e l6,4%; quinta fue la extrema de recha del Movimiento de Libera ción Nacional, con el 4,7%.

La participación total válida fue del 51%, ligeramente superior a la prevista. Se registraron un 7% de votos nulos y blancos y un 42% de abstención. A ésto hay que sumar un 27% de la pobla ción con derecho al voto que no se registró en el censo.

Todo lo anterior indica que de los nueve millones de guatemaltecos sólo 1.600.000 han participado en este proceso electoral para elegir presidente.

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