Los directivos de ENDESA no tratan el problema de la 'lluvia ácida'

El Consejo de Administración de la Empresa Nacional de Electricidad, SA (ENDESA), contra quien se ha presentado una querella criminal por presunto delito ecológico, no ha tratado de una manera específica el problema de la contaminación ambiental, derivada de su actividad industrial durante los dos últimos años, según han confirmado a este diario fuentes empresariales y jurídicas.ENDESA es propietaria de la central térmica de Andorra (Teruel), cuya actividad comenzó a finales de la década de los setenta. En mayo de 1989, 21 municipios de la comarca castellonense de Els Ports presentaron una querella criminal contra esa empresa estatal por considerar que el progresivo deterioro de la masa forestal de la zona, que comenzó en 1982, se debe a la contaminación que provoca la lluvia ácida procedente de la central térmica. La degradación forestal afecta ya a 220.000 hectáreas de las provincias de Castellón, Teruel y Tarragona.

Diligencias

Tras presentarse la querella, la dirección de ENDESA tampoco ha analizado en profundidad esa cuestión que, al parecer, únicamente se abordó en una reunión. El Juzgado de Instrucción número 1 de Vinaròs (Castellón) instruye diligencias del sumario de esta causa y desde el 26 de octubre se está tomando declaración a dirigentes de ENDESA. Entre otros, han declarado ya el director general, Rafael Miranda, y el presidente, Feliciano Fuster.Todos los directivos aseguran que la térmica de Andorra cumple la legislación vigente en materia anticontaminante, aunque ninguno de ellos precisa cuáles son los límites de emisión e inmisión de la central. Igualmente, resaltan el esfuerzo inversor de la empresa para poner en práctica nuevas medidas correctoras, inversión que se aproxima a los 18.000 millones de pesetas, según ha dicho Feliciano Fuster. La térmica de Andorra obtuvo el pasado ejercicio unos beneficios superiores a los 15.000 millones de pesetas antes de impuestos.