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JÓVENES EN EL SERVICIO MILITAR

El difícil parto de la nueva 'mili'

216.344 jóvenes sabrán hoy dónde y cuándo se incorporan a filas en 1991

Miguel González

Como la gestación humana, a partir de 1992, el servicio militar durará 40 semanas aproximadamente. Lo acaba de decir el secretario de Estado para la Administración Militar, Gustavo Suárez Pertierra: "La mili durará en torno a nueve meses". O sea, que pueden ser menos. Un alto cargo de Defensa explica así esta ambigüedad: "No hay una fórmula matemática que nos diga con exactitud cuánto debe durar la mili, pero creemos que nueve meses es el tiempo adecuado".

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Tampoco el congreso del PSOE, que se celebra estos días en Madrid, ha querido consagrar los nueve meses de mili prometidos en el programa electoral. Ha preferido dejar abierto el tema, para que el Gobierno tenga un margen de maniobra si considera conveniente recorrer el tramo que separa la oferta gubernamental de los ocho meses que propone el PP. O si es posible encontrar un punto de acuerdo que salve el pacto parlamentario con el CDS.El Ministerio de Defensa, por su parte, está dispuesto a aceptar que la duración de la mili se reduzca a algo menos de nueve meses, pero rechaza de plano los tres meses que pretende Adolfo Suárez o los seis que llegó a sugerir el Grupo Socialista en sus conversaciones con aquel, antes de que el Gobierno le ordenara dar marcha atrás. Por debajo de cierto límite, argumentan los colaboradores de Narcís Serra, sin atreverse a fijar la frontera, se abortaría el modelo de Servicio Militar Obligatorio y se pasaría a otro modelo: un cursillo acelerado para reservistas a lo sumo, pero no un Ejército de reclutamiento forzoso.

Pese a que el actual presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, Carlos Sanjuán, propuso la profesionalización de las Fuerzas Armadas en unos estudios previos a lo que luego sería el Programa 2.000, la defensa de la conscripción parece hoy firmemente asentada en las filas del PSOE, como demuestra la decisión de incluir marineros de reemplazo en las dotaciones enviadas al golfo Pérsico, a pesar de su coste electoral. Ha sido, precisamente, la crisis del Golfo la responsable de que la nueva ley del Servicio Militar, que el Gobierno) tenía previsto remitir a las Cortes este mes, se haya aplazada al menos hasta la primavera del asilo próximo, para entrar en vigor, según Suárez Pertierra, el 1 de enero de 1992.

Un largo año

En consecuencia, los 216.284 jóvenes que deben incorporarse a filas a lo largo de 1991 y que hoy van a ser sorteados tendrán un largo año de mili por delante. Al menos la mayoría, pues quienes se incorporen en noviembre podrían beneficiarse de una licencia anticipada, si el Ministerio de Defensa aplica la reducción total de tiempo al primer llamiento del 92 y si cumple su compromiso de que ni) acabe antes la mili quien la empiece después.

La bola que esta mañana saldrá del bombo instalado en el madrileño Cuartel de Conde Duque, correspondiente a uno de los 366 días del año, no repartirá tanta suerte como en 1987, cuando hasta una cuarta parte de los sorteados se libraban del servicio militar por haber nacido un día antes o después que los demás. Hace ya dos años que se terminaron los excedentes de cupo y la única incógnita a despejar en el sorteo, que será retransmitido en directo por la segunda cadena de TVE, es el Ejército, la Región Militar y el llamamiento que corresponde. Sólo el 30% de reclutas a los- que tocará hacer la mili fuera de su región de origen puede considerarse no agraciado por la suerte; aunque también eso es discutible, pues, en virtud de la peculiar división territorial militar, un catalán al que le corresponda ir a Cartagena con la Armada figurará como destinado en su misma región.

La quinta del 91 podrá beneficiarse, no obstante, de algunas mejoras con respecto a sus antecesores. Desde el 11 de octubre, un decreto regulla. minuciosamente las indemnizaciones y pensiones que corresponden a quienes sufran accidentes en acto de servicio. Defensa negocia actualmente la suscripción de un seguro privado que cubra los percances no previstos en dicho decreto, que por otra parte no ha venido sino a llenar con bastante retraso el doloroso vacío abierto por el propio Gobierno en 1985, cuando congeló los Ingresos en el Cuerpo de Mutilados.

Otra novedad es la posibilidad que tendrán los reclutas de dirigirse al Defensor del Pueblo para expresarle sus quejas respecto al funcionamiento del servicio militar, en virtud de un convenio recientemente suscrito entre la institución que dirige GilRobles y el Ministerio de

Defensa. Es cierto que este derecho ya existía, pero también lo es que los derechos sólo se ejercen cuando se conocen y la campaña divulgativa que hará el Defensor del Pueblo en los cuarteles puede acabar con la sensación de indefensión que tienen los jóvenes al incorporarse a la vida militar.

Nuevo cuadro médico

Frente a las evidentes desventajas que supone para la quinta del 91 ser la última regida por la ley en vigor, es probable que algunos de sus integrantes puedan alegrarse de ello. Por ejemplo, quienes se han librado del servicio militar gracias a un cuadro médico de exclusiones que será profundamente reformado. Con una mili cada vez más corta y un contingente cada vez más reducido por factores demográficos, Defensa se propone endurecer las condiciones de exclusión, para que quienes fisicamente no puedan superar la pista americana, cumplan otras funciones. Se trata, en frase que gustan repetir los responsables del departamento, de que haya "menos mili, pero que la hagan todos".

Sin embargo, la reforma del cuadro médico no llegará hasta el punto de permitir la incorporación de la mujer al servicio militar forzoso, como pretende el jóven alicantino que ha recurrido ante la Audiencia Nacional. En los planes del ministerio no figura la ampliación al sexo femenino del deber de empuñar las armas y sólo con carácter voluntario contemplará la nueva ley la contribución militar de la mujer.

Los altos cargos del departamento niegan que la exclusión de la mujer de la obligación de hacer la mili constituya una discriminación, "pues lo discriminatorio sería tratar de forma igual a desiguales". La razón de fondo, para dichos altos cargos, estaría en una cierta compensación por la desventaja objetiva que, a efectos de su incorporación al mercado de trabajo, supone la materilidad para la mujer. Quizá sea ése el motivo subconsciente que ha llevado al PSOE a fijar en nueve meses la duración de la mili

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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