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Esperar y desesperar a ciegas

Los oftalmólogos calculan que 800.000 españoles pedirán operarse de cataratas en el año 2000

"No puedo esperar. Para lo poco que me queda de vida quiero disfrutarla, ¡coño!", protesta Rafael Hermoso, veterano cotizante de la Seguridad Social, de 72 años.Desde hace dos años, casi ciego, espera una operación de cataratas. Su situación delata que las listas de espera en cirugía, cada día más abrumadoras, inciden más en la calidad de vida del enfermo que en el agravamiento de su dolencia. El problema inquieta a los oftalmólogos: si en 1989 la sanidad pública permitió operar 80.000 cataratas, la demanda en 10 años será de 800.000, según sus cálculos.

"Los oftalmólogos vivimos angustiados", dice Juan Fernando Murube del Castillo, oftalmólogo clel hospital Ramón y Cajal. "La avalancha nos ha cogido desprevenidos tanto a la sociedad como a las autoridades sanitarias". "Y no se puede decir que haya una mayor incidencia de cataratas", explica, "es que cada vez vivimos más y, lógicamente, tenemos mayor riesgo de padecerlas".

Las cifras le apoyan. Un estudio epidemiológico reciente, facilitado por Murube del Castillo, revela que el 5% de la población de 65 años sufre cataratas; el porcentaje se íncrementa al 20% en mayores de 75 años y al 90% a los 85. Finalmente, esta patología afecta al 100% de las personas por encima de los 95 años.

Los facultativos coinciden en la necesidad de reestructurar los servicios y el propio trabajo del cirujano para incrementar la capacidad de los hospitales. Varios centros se aprestan a optimizar sus recursos mediante planes periódicos para la reducción de listas. El hospital La Paz de Madrid ha intensificado las sesiones de quirófano, que contando los disponibles en el centro de Cantoblanco permiten realizar alredor de 25 operaciones de cataratas a la semana. La lista de espera de esta patología ascendía en los primeros meses de 1990 a 900 pacientes, mientras E.ctualmente sólo afecta a 300 o 400 enfermos, según afirma Luis Montes Mieza, subdirector del área quirúrgica de La Paz. El tiempo de espera, asegura, no supera los cinco meses.

El pasado mes 160 personas se apuntaron en el hospital Doce de Octubre para ser operadas de cataratas. Este centro, que representa el mayor volumen en este tipo de cirugía dentro de la Comunidad de Madrid, consiguió reducir a cero la lista de espera en 1989, pero este año aguardan intervención 555 personas, "que tardarán alrededor de ocho meses", reconoce Antonio Gutiérrez, jefe del servicio de oftalmología.

En el servicio correspondiente del, Gregorio Marañón se reciben mensualmente unas 200 solicitudes para cirugía de cataratas. La cifra anual de intervencione s fluctúa entre 1. 100 y 1.200, según el responsable del departamento, Carlos Cortés, que afirma que la demora para la operación es de cuatro meses.

Como reflejo de una cautela política, el Ministerio de Sanidad y Consumo dejó de publicar en 1987 datos sobre las listas de espera en cirugía en la red de hospitales públicos. Según José Simón, director general de Planificación Sanitaria, está prevista una modificación de los cuestionarios de hospitalización para adecuar la demanda a la oferta de los centros del Insalud.

Una mayor transparencia informativa en aquellas comunidades competentes en materia de sanidad permite conocer que en los hospitales públicos de Cataluña la espera media en los servicios de oftalmología fluctúa entre los tres y los siete meses, con tiempos más dilatados en el hospital Josep Tructa, de Geronq, de hasta casi 13 meses, informa Milagros Pérez Oliva. En el hospital Valle de Hebrón, de Barcelona, la demora en este servicio es de seis meses, aunque en el caso de las intervenciones de cataratas no supera los dos meses, según sus responsables.

Las listas de espera de los servicios quirúrgicos de oftalmología y cirugía cardiaca en los hospitales de la Comunidad Valenciana son las que más preocupan a los responsables del Servel Valenciá de Salut (SVS), informa Ana Chapa. Según los datos facilitados por el SVS, la lista de espera en oftalmología alcanza los 2.732 enfermos, cifra alarmante para los responsables del servicio por las repercusiones sociales y familiares en los afectados. En la Comunidad Valenciana, en el primer semestre de 1990, la demora media se establece en 3,6 meses.

Prioridades

Osakidezta (Servicio Vasco de Salud) ha puesto en marcha en la segunda mitad de 1990 el primer plan para la reducción de las listas de espera en los hospitales vascos, informa Eva larrauri. La ampliación del horario de funcionamiento de los quirófanos y los convenios con centros privados son las medídas puestas en marcha con el objetivo de conseguir a principios del próximo año una espera técnica no superior a 30 días.

Actualmente aguardan en listas de espera más de 15.000 usuarios de la sanidad pública vasca, con una demora media de 75 días."Las urgencias condicionan el tiempo de espera", explica el director de Osakidetza. "Cada servicio valora la gravedad de la patología y el deterioro de la calidad de vida del paciente para dar prioridad a los casos más urgentes".

Un verano perdido

Las prioridades para los responsables de los servicios quirúrgicos se llaman en oftalmología desprendimientos de retina, vitrectomías o glaucoma, y hacen que la media de los tiempos de espera elaborada por los propios hospitales no refleje la que soportan realmente los pacientes con cataratas."Los enfermos que se apuntan en mayo o junio pueden dar por perdido el verano", declara Antonio Gutiérrez, jefe del departamento de oftalmología del Doce de Octubre.

El médico hace referencia con ello a los desajustes de plantilla, especialmente en anestesistas y ATS que sufren los hospitales durante la época estival. Así, reconoce el facultativo, que se pueden producir esperas superiores a los ocho meses. Si además esta cirugía afecta generalmente a los dos ojos "la espera puede llegar a ser realmente incómoda para el afectado", lamenta Gutierrez.

El caso de Rafaél Hermoso fue una dilatada peregrinación desde la primera consulta al especialista -"¡y la poca importancia que le dio el tío!", recuerda- hasta su inclusión en la lista quirúrgica del hospital. En total lleva un año y medio sin visión en los dos ojos.

Como último recurso, el paciente llegó, incluso, a denunciar su situación en los medios de comunicación, pero todavía sigue esperando. "Estoy aburrido", cuenta con desgana, "y hasta deprimido, cuando en mi vida he tenido depresiones". Ya no se cree las promesas de que le van llamar pronto para someterle a la operación.

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