La estrategia de la tensión
Gladio fue descubierta hace días en Italia, pero ayer fue el gobierno belga el que demostró que se trata de una red europea, perfectamente enclavada en los servicios militares de información de los países de la OTAN y que se nutre de los presupuestos de Defensa.En Italia, al margen de la presión para marginar del poder a la izquierda, se sabe que algunas ramificaciones de Gladio estaban detrás de varios atentados terroristas que llevaron la firma de la extrema derecha. En Bélgica existe la misma sospecha. El primer ministro belga, Wilfried Martens, y el titular de Defensa, Guy Coeme, afirmaron su voluntad firme de esclarecer los hechos. Sin embargo, de momento no existe prueba alguna que permita relacionar que, en Bélgica, Gladio apuró la estrategia de la tensión hasta las últimas consecuencias.
Los años 80 sorprendieron a los belgas con una serie de atentados de una violencia mortal y una ejecución militar que no guardaba relación alguna con el botín, siempre ridículo, con que se intentaron disfrazar una treintena de crímenes.
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