La oposición pide la dimisión de Andreotti por el caso de la red secreta 'Gladio'
El presidente del Gobierno italiano, el democristiano Giulio Andreotti, respondió ayer tarde ante el Senado a las numerosas interpelaciones sobre el caso Gladio, en un clima de gran tensión política. La oposición, desde los comunistas hasta los Verdes, pasando por la Izquierda Independiente, pidió a coro su dimisión. Mientras, el juez veneciano Felice Casson, que investiga el asunto, anunció su voluntad de interrogar "como testigo" al presidente de la República, Francesco Cossiga, algo sin precedentes en este país.
Ayer en el Senado, el presidente del Gobierno italiano, que está viviendo uno de los mayores acosos de su larga carrera política, pronunció su discurso visiblemente contrariado pero dando la impresión de un gran control. Trató de minimizar el asunto Gladio y fue duro con los comunistas a quienes les dijo que los democristianos "no han tenido necesidad de cambiar su carné de identidad" y alertó contra quienes pueden "enturbiar las cosas y explotar la buena fe de los informadores". Aseguró que formaban parte de ella sólo 622 personas (la prensa había hablado de 10.000) la mayor parte ya viejos y que en 1972 habían sido recogidas las armas y municiones de 127 de los 139 depósitos clandestinos.Andreotti había revelado recientemente que el Gladio es una estructura secreta fundada en 1956 bajo la égida de la OTAN para preparar la resistencia a una posible invasión de las fuerzas del Pacto de Varsovia. La prensa italiana la ha asociado después al terrorismo. Así se ha levantado la sospecha de que su verdadera finalidad era evitar el ascenso de la izquierda al poder.
Por lo que se refiere a la convocatoria del presidente de la República, Francesco Cossiga, por el juez Casson para ser interrogado "como testigo" en un proceso "sobre hechos subversivos de orden constitucional", ayer noche el Quirinal comunicó que el Jefe de Estado dará cuanto antes una respuesta. Se vislumbraba ayer en algunos diputados democristianos "estupor y sorpresa" ante la decisión del juez ya que nunca un magistrado se había atrevido a tanto en la historia republicana italiana.
La oposición, en la réplica a su discurso, fue feroz. Emanuele Macaluso, en nombre del Partido Comunista calificó su intervención de "arrogante, elusiva y equívoca". El secretario general, Achille Occhetto, desde Bolonia afirmó que su discurso constituía un acto de "irresponsabilidad frente al Parlamento y la nación" y que por "corrección institucional", Andreotti debía dimitir.
Quizás lo que más dolió ayer al premier italiano fue la "no defensa" de los socialistas que son la parte más importante de su Gobierno. El vicepresidente del Ejecutivo, el socialista Claudio Martelli afirmó que Andreotti se había dejado en el tintero muchas de las graves preguntas que le había hecho la víspera el secretario Bettino Craxi empezando por la pregunta de fondo de si el Gladio fue o no usado no sólo para una hipotética defensa contra una invasión extranjera, sino también como instrumento de lucha política interna.
Por otra parte, ayer en Bruselas el ministro belga de Defensa confirmó la existencia y el funcionamiento de una estructura internacional de servicios secretos llamada Gladio, informa France Presse. Mientras, el Mando Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa se negó a hacer comentarios sobre una hipotética implicación de la OTAN en Gladio.
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