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ECOLOGÍA

La Conferencia del Clima no fijará límites concretos ni fechas a las emisiones de CO2

El borrador de la declaración ministerial que cerrará hoy la II Conferencia Mundial sobre el Clima reconoce, que las causas del llamado efecto invernadero están en la acumulación de dióxido de carbono (CO2) y otros gases en la atmósfera terrestre.El documento, en el que no se espera que haya modificaciones sustanciales, también subraya que el objetivo global último debería ser la estabilización de las concentraciones de dichos gases. Sin embargo, ni cifras ni fechas figuran en el borrador de la declaración ministerial.

La supresión paulatina de la producción y utilización de gases clorofluorocarbonados (CFC); las mejoras de la eficiencia y de la conservación en el abastecimiento y la utilización de la energía; la repoblación forestal; y la utilización de "fuentes de energía más limpias y con emisiones de gases de efecto invernadero" más bajas o nulas, son algunas de las medidas contempladas.

Medidas graduales

Estas medidas, señala el documento, deben tomarse "de forma gradual y flexible a escala nacional, regional o mundial, aprovechando los adelantos científicos y el desarrollo tecnológico que permitan alcanzar a la vez objetivos medioambientales y económicos".La declaración recoge literalmente que deben tenerse en cuenta "las dificultades específicas de los países", en particular de aquellos cuyas economías "dependen en gran medida de la producción y exportación de combustibles fósiles".

Al mismo tiempo, este documento insta a que todos "los sectores de todos los países utilicen en la mayor medida posible tecnologías medioambientales idóneas y seguras", y exhorta a los países desarrollados y en desarrollo a que identifiquen y tomen medidas específicas para suprímir trabas a la difusión de estas tecnologías".

En especial, los países desarrollados "deben comprometerse a poner en aplicación medidas tendentes a reducir sus importantes contribuciones a las emisiones globales netas y reforzar la cooperación con los países en desarrollo para permitirles hacer frente al cambio climático sin interferir en sus objetivos y metas de desarrollo nacional".

Por otra parte, el rey Hussein de Jordania que presidió ayer, junto con el primer ministro francés, Michel Rocard, y la primera ministra británica, Margaret Thatcher, la segunda sesión plenaria de la conferencia, afirmó que las consecuencias ecológicas de una guerra en el Golfo Pérsico sereían "devastadoras para la Humanidad".

Hussein señaló que "una guerra en el Golfo Pérsico no sólo devastará la zona y supondrá un enfrentamiento entre Oriente y Occidente, sino que provocará una catástrofe ambíental con consecuencias ecológicas que el mundo no conoce desde el accidente de la central nuclear sovíética de Chernobyl".

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