La Izquierda Independiente italiana estudia pedir el procesamiento del presidente Cossiga
El grupo de diputados de la Izquierda Independiente (II), que reúne a personalidades que han entrado en el Parlamento en las listas del partido comunista pero sin ser militantes, estudia la posibilidad de acusar formalmente al presidente de la República, el democristiano Francesco Cossiga, de "alta traición y atentado contra la Constitución".El anuncio ha sido hecho por Franco Bassanini, jefe del grupo parlamentario de II, quien se basa en que Cossiga ha reconocido estar al corriente de que desde hace 45 años existía y sigue existiendo en Italia "una estructura militar secreta destinada a servir como instrumento de lucha política".
Bassanini se refiere a la superestructura Gladio, relacionada en origen con la OTAN, de la que se sospecha que ha servido no sólo para defender a Italia de eventuales "ataques extranjeros", sino para impedir que la izquierda, y sobre todo el Partido Comunista Italiano (PCI) pudiera llegar al Gobierno. Los jueces venecianos encargados del caso han encontrado documentos en los que ya en 1972 los carabineros describían el PCI como "partido subversivo" al que no se debía permitir ganar las elecciones.
Al mismo tiempo, los jueces de Palermo han empezado a examinar la hipótesis de que la mano de Gladio, conjuntamente con la de la logia masónica Propaganda Dos (P-2), pudiera estar tras los asesinatos políticos, atribuidos siempre a la Mafia, del democristiano de izquierdas Piersanti Mattarella, entonces presidente de Sicilia, y de Pio la Torre, jefe de los comunistas de Sicilia. Ambos eran partidarios de crear en la isla un Gobierno entre democristianos y comunistas como experiencia piloto a escala nacional.
El primer ministro, Giulio Andreotti, ha sido citado por la comisión parlamentaria que investiga los problemas de seguridad y, ante el juez de Venecia, Felice Casson, habrán de desfilar todos los ex presidentes de Gobierno y ex ministros de Defensa de los últimos años para ser interrogados sobre el Gladio.
Los democristianos Giulio Andreotti, Ciriaco de Mita, Arnaldo Forlani y Francesco Cossiga han confesado que conocían la existencia de Gladio, mientras que los socialistas Bettino Craxi y Lelio Lagorio y el republicano Giovanni Spadolini insisten en que no fueron informados. De Mita responde que eso es imposible, ya que cuando uno era nombrado presidente del Gobierno debía firmar un protocolo sobre el asunto y autorizar el presupuesto de dicho organismo, "legal pero secreto", como lo ha definido Cossiga.
Según algunos observadores, esta nueva guerra podría haber estallado para evitar el bombazo que significaría un eventual hallazgo de nuevos documentos secretos del asesinado líder democristiano Aldo Moro y de los archivos secuestrados en Uruguay al masón Licio Gelli.
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