Las fuentes
Uno de los misterios insondables de la profesión periodística es la profusión de fuentes que se registra en los últimos tiempos. No hay periodista que se precie que no tenga varias fuentes, y de diverso caudal. Hace algunos años, esto de la fuentes era algo exótico, cosas del periodismo norteamericano, del escándalo Watergate, que tan bien encarnaron en la pantalla Robert Redford y Dustin Hofmann. Y como somos una generación marcada por el cine, una garganta profunda era y sigue siendo una fuente de información o una fuente de placer. Incluso, a veces, las dos cosas. El problema radica en que las gargantas no siempre son fiables, y cuando se produce el error o la desinformación, el desengaño del lector que conoce de la materia descrita es mayúsculo.Más o menos ésa debió de ser la reacción de Federico Terrón Muñoz cuando vio publicada el pasado 19 de octubre en la edición de Andalucía una información sobre la futura constitución de Unicaja, una entidad de crédito que unirá a las cajas de Málaga, Antequera, Almería y Cádiz. Federico Terrón era mencionado en la información como posible director general de la futura entidad y se citaban algunos datos de su biografía profesional.
"Como lector, el artículo indicado me dejó perplejo, puesto que cuanto antecede es un tema que conozco por afectarme ¿Estoy en situación, ahora, de confiar en que el resto de la información de su periódico está bien contrastada? ¿No hay ninguna cautela en EL PAÍS que evite que un joven periodista pueda ser tan burdamente intoxicado? ¿Existe en su periódico algún mecanismo de rectificación de hechos manifiestamente erróneos o falsos como los que nos ocupan a iniciativa del propio consejo de redacción o de cualquier otro órgano de EL PAÍS?".
La queja de Federico Terrón se centraba en que los datos sobre su biografía profesional eran erróneos, y lo escrito, en su opinión, tendía a presentarlo como "un oportunista poco profesional", cuando su currículo "va avalado por haber trabajado desde 1970 hasta 1984 en el sector bancario en cargos directivos -incluida la dirección general- y proceder de la primera institución financiera del país, previamente a fichar por la Caja de Ronda. Siendo un paréntesis muy interesante mi paso por la Junta de Andalucía, y una anécdota, los dos meses de mi permanencia en Price Waterhouse, que tanto se resalta en el artículo".
El autor de la información, Antonio Yélamo, admite que hubo un error por su parte a la hora de reflejar las fechas de su permanencia en la Junta de Andalucía a pesar de contar con los datos que le facilitó el servicio de documentación de EL PAÍS.
"Los confundí a la hora de reflejarlo en el artículo mencionado", dijo el autor a preguntas del Ombudsman. "Igualmente, durante su estancia en la dirección general fue, efectivamente, cuando se realizó el informe de Price Waterhouse que fue criticado por el comité de empresa. Su posterior entrada en esta consultoría provocó mi error".
"Asumo perfectamente que la información contenía diversos errores, sólo achacables a una precipitación por mi parte a la hora de elaborarla, pero, salvo estos datos, es correcta", añadió el autor.
El lector pregunta en su carta si existen mecanismos de rectificación de hechos manifiestamente erróneos o falsos. El Libro de estilo, apartado 1.10, indica: "El periódico ha de ser el primero en subsanar los errores cometidos en sus páginas, y hacerlo lo más rápidamente posible y sin tapujos. Esta tarea recae de manera muy especial en los responsables de cada área informativa".Niño con sida
El ingreso de un niño deficiente mental y con anticuerpos del sida en el centro Ángel de la Guarda, para niños con minusvalías psíquicas, dependiente de la Consejería de Integración Social de la Comunidad de Madrid, suscitó la queja de los sindicatos, como publicó este diario el pasado 23 de octubre.
La Federación de Servicios Públicos (FSP) de UGT ha escrito para puntualizar que en ningún momento los trabajadores de su sindicato rechazaron la presencia del niño en el centro, ni solicitaron su traslado, como se decía en la información publicada en EL PAÍS. Su queja, indican, era por la "falta de medios en el citado centro" para atender al niño con anticuerpos y por la "poca información ofrecida a los profesionales del centro para atender satisfactoriamente a un enfermo de sida".
La federación de UGT puntualizaba además que el periodista no se había puesto en contacto con el sindicato para recabar su opinión antes de escribir la información.
El autor, Francisco Peregil, indicó que su fuente de información había sido el portavoz de la consejería, como queda reflejado en el artículo, y lamenta no haber podido tomar contacto con la federación de UGT.
"Al día siguiente de publicarse la información me llamó Mari Paz Díaz, como responsable de la FSP, y me dijo que se habían trasladado recientemente de local, por lo que habían cambiado también sus teléfonos. Me dijo igualmente que en ningún momento le habían dicho a la consejera que el lugar no era el adecuado. Yo le dije quién había sido mi fuente, me dio su nuevo teléfono y, aparentemente, la cuestión quedó solventada".
Quede aquí constancia de la opinión de UGT sobre el centro Ángel de la Guarda y el niño portador de anticuerpos, ya que la rectificación no llegó a hacerse.El teléfóno directo del Ombudsman es el 754 45 53 de Madrid.
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