El coche bomba desactivado en un pueblo de Cantabria causo pérdidas de 100 millones

El coche bomba con el que ETA pretendió volar el cuartel de la Guardia Civil de Pesués (Cantabria) el pasado martes -en el que conviven cinco agentes y algunos familiares- cargado con 70 kilos de explosivos y metralla causó daños por valor de 100 millones de pesetas, a los que deberá hacer frente el consorcio de seguros.

El coche, un Opel Kadett con matrícula falsa de Burgos, había sido aparcado, probablemente el día anterior, en una leve pendiente y en dirección hacia el cuartelillo de la Guardia Civil; los vehículos kamikaze que ETA ha usado últimamente en sendos atentados en Cartagena y el País Vasco pueden ponerse en marcha mediante un sistema de radio controlado o simplemente usando un temporizador que fija la hora. La explosión se produce cuando el vehículo colisiona.La Guardia Civil, para desactivarlo, abrió a distancia la cerradura del capó, lo que produjo instantáneamente la explosión. La noche anterior había habido un servicio de protección de cuarteles en la zona, y acaso fuese ésta la causa de que los terroristas desistieran de poner en marcha el coche contra el cuartelillo mediante el mando a distancia. Ello les habría inducido al día siguiente a comunicar al periódico Egin el emplazamiento en Pesués, según fuentes Policiales.

Se calculan en más de 100 millones de pesetas los destrozos ocasionados por la explosión. Además del edificio del Ayuntamiento de Val de San Vicente, gravemente afectado, y de los tres que integran el colegio de EGB, un hostal y 20 casas registraron daños de inferior cuantía.

La escolarización de 406 alumnos concentrados en Pesués comenzará el próximo lunes, habilitándose en jornada continua uno de los edificios. Otros estudiantes serán trasladados momentáneamente al instituto de bachillerato de San Vicente de la Barquera, a ocho kilómetros de Pesués. Las obras de restauración de las instalaciones afectadas comenzaron ayer mismo, y tan pronto terminen serán reanudadas las clases.