Matar un oso
Abogados y ecologistas están de acuerdo en que la dispersión y la antiguedad de los preceptos que protegen el medio ambiente en el cuerpo legislativo español son dos de las causas principales de su falta de efectividad a la hora de perseguir estos delitos.Así por ejemplo, Carlos Martínez señala que "los incendios forestales figuran en el Código Penal bajo el título 'De los delitos contra la propiedad', lo que resulta sintomático de que el valor que se busca proteger no es tanto el medio natural como el valor económico de la madera y que la Ley de Caza de 1970 no está encaminada a la tutela de las especies, sino a la tutela de los cotos de caza".
Javier Rodríguez, portavoz de la Agencia de Medio Ambiente de Asturias, una de las más dinámicas en la persecución de estos delitos, afirma que "dada la inoperancia de la vía penal lo mejor es proceder por la vía administrativa, con leyes más modernas como son la Ley de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres o la Ley de Residuos Tóxicos y Peligrosos, que contemplan multas mucho más altas". Rodríguez señala la contradicción que supone el hecho de que "matar un oso de los 100 que quedan no suponga delito ecológico y sí. lo sea el envenenamiento de truchas en un río por la contaminación, y que la Ley de Caza lo sancione con un millón de pesetas frente a los 50 que puede imponer la actual Ley de Conservación de Espacios Protegidos".
Ante esta situación, diversas organizaciones ecologistas se han manifestado partidarias de una ley básica de defensa del Medio Ambiente y la derogación de los reglamentos obsoletos.
Sin embargo, tanto el fiscal valenciano Antonio Vercher como José Muro, subdirector de Información y Coordinación Ambiental de la Secertaria General del medio Ambiente, advierten que esta unificación sería "muy difícil ya que tendría que ser actualizada cada dos meses para incluir el aluvión de directivas comunitarias sobre esta materia".
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