El saldo de Pagarés del Tesoro supera los cuatro billones de pesetas
El saldo vivo de pagarés del Tesoro, activo financiero opaco fiscalmente y que ofrece una rentabilidad del 5,5%, alcanza 4,1 billones de pesetas, según datos del Banco de España. De éstos, 2,05 billones se hallan en manos de bancos, cajas y cooperativas de crédito, obligados a ello para cubrir el coeficiente de inversión, y 1,95 billones se hallan en poder del público. En la última subasta del jueves, el Tesoro logró colocar 190.797 millones, cantidad sensiblemente mayor que la adjudicada en anteriores subastas. La opacidad fiscal de los pagarés del Tesoro ha vuelto a cobrar actualidad por la polémica surgida al descubrirse que una gran parte de estos títulos sirve de soporte a las cuentas innominadas que constituyen la última bolsa de dinero negro descubierta.
En la última subasta se produjo una adjudicación importante, sobre todo si se compara con los 15.846 millones colocados en la anterior subasta, aunque todavía es inferior a los 230.000 que vencían, según los expertos financieros. Dentro de los dos billones que se destinan a cubrir el coeficiente de inversión, los bancos que más activos se muestran en la negociación de este producto son el Banco Bilbao Vizcaya y Banesto que, como mayoristas, compran y venden estos títulos, para el cierre decenal del coeficiente por parte de los demás bancos.Por su parte, el saldo medio de Pagarés del Tesoro en poder del público ha sufrido en los últimos años una serie de oscilaciones. Tras el lanzamiento de las Letras del Tesoro como activo más rentable que los pagarés, éstos últimos han caído hasta situarse por debajo de los dos billones de pesetas.
Dentro del mercado global de pagarés del Tesoro, instrumento que el Gobierno mantiene vivo para una financiación barata del déficit público, hay que distinguir dos apartados. En primer lugar, la parte que se negocia entre bancos. Las entidades bancarias españolas están sometidas a un coeficiente de inversión obligatorio que les exige invertir en este producto una parte de sus recursos. Este coeficiente tiene un calendario de desaparición que va rebajando el nivel de exigencia trimestralmente hasta su definitiva desaparición el 31 de diciembre de 1992. Si el 31 de marzo de 1989 se exigía un coeficiente de inversión obligatorio, en pagarés de¡ Tesoro básicamente, del 10,6%%, de los pasivos computables a 31 de diciembre próximo este coeficiente ya es tan sólo del 7%.
Operativa
Los bancos tienen que cubrir decenalmente este coeficiente y muchas veces hasta el último día no hacen las compras, lo que motiva que los intereses de este producto en este mercado tengan unos grandes altibajos, dependiendo de la posiciones en la que se encuentra cada entidad. BBV y Banesto son muy activos en este mercado y también el Urquijo.
Por otro lado, en manos del público existen en la actualidad un total de 1,905 billones de pesetas en pagarés. Se trata básicamente de clientes que, sabiendo que la rentabilidad es baja, ven en dichos títulos una compensación interesante como consecuencia directa de la propia opacidad fiscal de los pagarés.
Si un cliente particular suscribe pagarés del Tesoro en las oficinas del Banco de España se le aplica el interés oficial, es decir, el 5,5%. Por contra, si ese cliente va a una entidad privada, que es la práctica habitual utilizada, ya entra en juego la estrategia comercial del banco que puede cobrar una comisión adicional.
Cada entidad cobra una comisión distinta por la operación financiera dependiendo de la estrategia comercial o de la agresividad vendedora de la entidad. No hay datos de los pagarés del Tesoro que firma o gestiona cada banco, ya que por la propia naturaleza del producto se pierde el rastro de sus titulares. Cuando una persona suscribe un pagaré del Tesoro ha de entregar al banco su carnet de identidad y sólo el banco sabe quien es el titular. En definitiva, Hacienda no puede obtener los datos que permitirían el control tributario de los títulos en circulación.
No hay una comisión general establecida por la compra de estos pagarés, aunque la entidad bancaria está obligada a publicar en el tablón de anuncios y de forma visible las comisiones que cobra por esta operación, tal y como establece la circular sobre transparencia de las operaciones de crédito que ha sido aprobada recientemente el Banco de España.
Los Pagarés del Tesoro constituyen uno de los soportes básicos de las denominadas cuentas innominadas, según han admitido en medios oficiales.
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