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El grupo de 'rap' 2 Live Crew, absuelto de la acusación de obscenidad

La primera enmienda de la Constitución norteamericana, que protege la libertad de expresión en Estados Unidos, ha vuelto a triunfar en Florida. Dos horas de deliberación bastaron a un jurado para declarar inocentes a los componentes de un grupo musical de rap de la acusación de obscenidad que pesaba sobre ellos por una actuación sólo para adultos en un cabaré de la localidad de Hollywood, en el Estado de Florida.

El juicio, que por sus implicaciones constitucionales atrajo la atención nacional, terminó convirtiéndose en un debate entre el fiscal y los defensores sobre la libertad de expresión.La decisión unánime del jurado, compuesto por cuatro mujeres -una de ellas de 76 años- y dos hombres fue acogida con evidentes muestras de satisfacción por el público asistente al juicio.

En el banquillo se sentaron Luther Campbell, el director del grupo, y los músicos Mark Ross y Chris Wongwon, los tres de color, que se enfrentaban a una pena máxima de un año de cárcel y a multas de 1.000 dólares (menos de 100.000 pesetas) si hubieran sido declarados culpables. La clasificación penal de obscenidad en Estados Unidos no llega a la categoría de delito y se considera sólo como misdemeanor o falta.

Los tres fueron detenidos por la policía después de haber realizado una interpretación sólo para adultos en un cabaré de la localidad turística de Hollywood, cercana a Fort Lauderdale, una de las muchas playas de moda en Florida, cuatro días después de que un juez federal dictaminara que su álbum As nasty as they wanna be (Tan perversos como quieran ser) era obsceno.

La única prueba presentada por el ministerio fiscal en el juicio era un vídeo grabado durante la actuación por dos policías enviados por el sheriff del condado, Nick Navarro, absolutamente inintelegible debido a los gritos del público asistente al espectáculo. La juez Johnson impidió al fiscal que presentara como prueba una transcripción de la cinta por considerar que los comentarios de los policías, intercalados en la cinta, y los gritos del público podían restar imparcialidad al jurado. El ministerio fiscal se tuvo que conformar con la presentación de la transcripción del elepé del grupo.

Desde el primer momento el juicio se convirtió en un debate sobre la libertad de expresión, amparada por la primera enmienda constitucional, entre el fiscal, Pedro Dijols, y el principal abogado defensor, Bruce Rogow.

Rogow resumió sus argumentos con una frase certera que recoge el espíritu que anima la primera enmienda constitucional. "La primera enmienda ampara la libertad de expresión, aunque esa expresión sea desagradable. El propósito de la Constitución es impedir que el Gobierno le meta a uno en la cárcel por algo que no le gusta".

El fiscal Dijols manifestó que la primera enmienda no amparaba el lenguaje explícito sexual utilizado por el grupo. "Ahora va a resultar que estos hombres [los componentes del grupo] son unos artistas geniales", dijo. El jurado siguió las recomendaciones de la juez Johnson, que pidió que se concentrara en su veredicto en determinar si la actuación del grupo podía o no considerarse como arte. El jurado, después de escuchar varios testimonios, incluido uno del profesor de literatura Henry Gates que describió la música rap como parte del folclor negro norteamericano, pronunció un veredicto unánime de inocencia.

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