Más de un tercio de los vascos ve con optimismo la política y la economía

EL PAÍS Los días de campaña electoral transcurridos desde el anterior sondeo de Demoscopia (EL PAÍS, 7 de octubre de 1990) parecen haber consolidado el clima de distensión y la sensación de mejoría política y económica en la sociedad vasca.

Ahora, según los resultados de esta nueva encuesta, como hace dos semanas, el 16% de la ciudadanía vasca define la situación política de Euskadi como buena o muy buena (en 1986 sólo opinaba así el 6%), mientras que, en cambio, apenas la cuarta parte (frente a casi la mitad en 1986) la define como mala o muy mala.

De hecho, y en comparación con hace tan sólo 15 días, quienes opinan que la situación económica y política es ahora mejor en Euskadi que hace unos años aumentan su peso relativo respecto de quienes opinan, en cambio, que es peor: el 35% considera que la situación política es buena, y el 37% extiende ese calificativo a la situación económica (hace dos semanas, tales porcentajes eran, respectivamente, 32% y 35%).

Los ciudadanos vascos que, por el contrario, opinan que es mala representan ahora el 30% y el 15%, respectivamente (frente al 31% y el 18% hace dos semanas). Son sin duda diferencias reducidas, pero que sirven de indicio claro de la medida en que la campaña electoral parece estar reforzando, más que debilitando, una visión más bien optimista (o, en todo caso, más optimista que antes.

Profundizar el estatuto

Por otro lado, se incrementa también leve, pero significativamente, el porcentaje de ciudadanos vascos que, a medida que avanza la campaña electoral que desembocará en los comicios del próximo domingo, optan por la profundización del actual estatuto de autonomía del País Vasco (46%, frente al 41 % en el sondeo anterior), al tiempo que retroceden algo los partidarios de dejar las cosas como están o de la independencia total de Euskadi.

El nivel estimado, a tenor de los resultados del sondeo, de participación en las elecciones del próximo domingo se sitúa en torno al 65% del censo. Comenzada la campaña, no se vislumbran a este respecto cambios de importancia en el ambiente político al que se hacía referencia en el análisis de la encuesta anterior.

Ahora, como hace dos semanas, dicen que van a ir a votar con seguridad un 58% de los consultados, mientras un 20% afirma que probablemente votará. Estos porcentajes son similares, aunque algo inferiores, a los que se registraron en vísperas de las elecciones generales de 1989, cuyo nivel efectivo de participación fue finalmente en esta comunidad del 68%.

Probablemente, la mayor distensión que se respira en el ambiente político contribuya a que la elección no se perciba tan crítica como la de 1986 y ello rebaje en algunos puntos la participación, que en 1986 fue del 71%.