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Operar a través de un tubo

La cirugía por la paroscopia permite extraer tumores, ovarios o vesículas con simples punciones

Milagros Pérez Oliva

La cirugía laparoscópica avanza con paso enérgico como una alternativa menos cruenta y de menor coste económico que la cirugía convencional en determinado tipo de intervenciones. Menos cruenta, porque consiste en intervenir el órgano afectado a través de un fino tubo, y menos costosa, porque el paciente puede volver a casa a las 24 horas de la operación. Tras un creciente y fructífero protagonismo en el campo del diagnóstico, la cirugía laparoscópica permite hoy extraer un tumor maligno, los ovarios, el útero, la vesícula biliar o el apéndice sin mayor complicación que unas horas de hospitalización. Es la llamada cirugía mínimamente invasiva, destinada a tener cada vez mayor protagonismo.

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En la cirugía laparoscópica, el médico opera a través de tubos y con la ayuda de una pantalla de televisión. Los tubos, de escaso grosor, atraviesan la pared abdominal mediante unas incisiones mínimas que apenas dejan cicatriz. En el interior de uno de los tubos se sitúa un foco de luz y una minicámara, que permite observar en una pantalla de monitor la zona que se pretende intervenir.A través de otros tubos se introducen los instrumentos que permitirán cortar el órgano, extraerlo y cauterizar (quemar) al mismo tiempo la herida para evitar las hemorragias. La mayoría de los cirujanos utilizan el láser como bisturí, porque permite un corte mucho más preciso.

Esta técnica revolucionó el diagnóstico de determinadas afecciones, pero ahora se utiliza en cirugía cada vez con más éxito. "En ginecología presenta grandes ventajas en los embarazos ectópicos, en la extracción de quistes de ovario o adherencias, en la endometriosis. También en afecciones peritoneales más difusas esta técnica permite intervenir sin afectar a la fecundidad", afirma Ramón Labastida, del Instituto Dexeus. También ha comenzado a utilizarse en la extracción de vesículas biliares y apéndices.

"Ia gran ventaja de la cirugía laparoscópica es su limpieza: ni cortes, ni hermorragias, ni infecciones. Y la recuperación es rapidísima. En 24 o 48 horas el paciente puede volver a casa", afirma Heriry Relch, profesor de la Universidad de Pensilvania (EEUU) que, junto a Carlos Morin de Barcelona y R. P. Lueken, de Hamburgo (Alemania), efectuó el jueves la primera histerectomía (extracción de útero) que se realiza en España, transmitida en directo desde los quirófanos de la clínica Ginemedex al Colegio de Médicos de Barcelona.Alta en 24 horasEl cirujano Enric Laporte ha sido el introductor de esta técnica en España para la extracción de vesículas biliares. Desde su primera intervención, en diciembre del año pasado, ha realizado ya 75, muchas de ellas en la clínica Adríano, del Instituto Catalán de la Salud.

Otro centro de este organismo, el hospital de Viladecans, será el primer centro público que cuente con el utillaje necesario para que puedan beneficiarse de esta técnica los enfermos de la Seguridad Social. Según Laporte, se trata de un tipo de cirugía muy ventajoso, "para los pacientes, en primer lugar, y para la administración sanitaria, porque reduce drásticamente los costes de hospitalización".

Una extracción de vesícula por cirugía convencional, por ejemplo, requiere una hospitalización de unos diez días, suponiendo que no surjan complicaciones. "En los 75 pacientes que llevo operados, la media de hospitalización es de 2,3 días y a los últimos les estoy dando el alta a las 24 horas", afirma Laporte. Cuatro días más tarde pueden volver al trabajo. La reducción de la estancia hospitalaria por intervenciones tan frecuentes como las descritas liberaría muchas camas de los saturados hopitales generales y permitiría reducir las listas de espera.

Para el paciente, además de la reducción del tiempo, que noes desdeñable, la cirugía laparoscópica tiene otra gran ventaja: reduce prácticamente a nada el riesgo de complicaciones posoperatorias. "Hay estudios que revelan que no se ha producido ninguna infección en 5.000 laparoscopias ginecológicas", explica Carlos Morin, de Ginemedex. También Laporte resalta esta cuestión como esencial a la hora de evaluar la bondad del nuevo método. "Con esta técnica eliminamos el dolor, que en el caso de los operados de la vesícula puede llegar a dificultar la respiración y, si se trata de personas de edad, provocar incluso una neumonía. Al no producirse una gran herdida, queda eliminado también el riesgo de hernia o de fallo de la sutura. Y el peligro de infección en las pequeñas incisiones es despreciable. Por otra parte, en una intervención tan rápida y tan poco invasiva, el estrés que sufre el paciente es también muy bajo, por lo que la recuperación de la anestesia es mejor y la capacidad de defensa del organismo mucho mayor que en la cirugía convencional".

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