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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Vencer donde solía

LAS ELECCIONES celebradas el domingo en los cinco nuevos Estados federales de Alemania -integrantes de la antigua República Democrática- han dado la victoria a los democristianos (CDU) del canciller Kohl. Esta victoria no ha sido aplastante (sólo en Sajonia superó la cota del 50%), pero sí suficiente para repetir la fórmula de coalición con los liberales del ministro de Exteriores, Genscher, ya en vigor en el Gobierno federal de Bonn. Sólo en Brandeburgo han ganado los socialdemócratas (SPD), pero con mayoría relativa, y para gobernar necesitarán aliarse con democristianos y liberales. Con estos resultados, el SPD pierde la mayoría en el Bundesrat, la segunda Cámara, basada en la representación de los Estados federados.Este éxito del CDU no debe sorprender. Es la consecuencia lógica de un proceso de unidad de las dos Alemanias en la que el canciller Kohl ha llevado en todo momento la voz cantante, promoviendo con audacia una integración económica, basada en la generalización del marco occidental, de la antigua República socialista en una sola República Federal de Alemania. Los socialdemócratas no se han opuesto abiertamente al proceso unificador, pero han manifestado dudas y críticas sobre las consecuencias que podría tener un proceso excesivamente acelerado. La idea del candidato socialdemócrata Lafontaine es que el SPD debe capitalizar las inevitables dificultades provocadas por la unificación: paro, carestía, cierre de empresas, etcétera. Pero nada indica que eso vaya a ocurrir: parece pesar más en los electores el deseo de que, una vez hecha la unidad, su situación económica tenderá a equipararse con la de Occidente que la difícil realidad del presente.

El resultado de estas elecciones en Baviera y en los Estados de la antigua RDA es una señal alentadora para el canciller Kohl de cara a las elecciones generales, en toda Alemania, convocadas para el 2 de diciembre. El SPD luchó con éxito para mantener la fecha de esas elecciones -frente al plan de Kohl de adelantarlas- pensando que dos meses de experiencia inclinarían a los ciudadanos a votar por la oposición a causa de los aspectos negativos de una unificación acelerada. No parece que ocurra así. Kohl ha logrado encarnar la causa de la unidad alemana, y ello parece asegurar su victoria el 2 de diciembre.

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