El 'caso Ludwig'
Hará ahora exactamente un año, el decano de la Facultad de Bellas Artes me propuso que pronunciara un discurso en el acto de investidura de doctor honoris causa al señor Peter Ludwig. Sabía muy bien quién era el señor Ludwig, fabricante de chocolate y gran elecionista, con cuya magnífica colección de arte contemporáneo se había hecho el Ludwig Museum en Colonia. Sabía también, por rumores -en este país nuestro nada se sabe a ciencla cierta, todo son rumoresque el señor Ludwig había venido ya alguna vez a Barcelona y había manifestado su interés en ceder algo de su colección a nuestra ciudad. Pero yo sabía también que el colecconista llevaba ya un año o dos pretendiendo colocar su último descubrimiento, que para él era el arte no oficial de los países del Este, en diversos museos europeos. Como que, salvo alguna excepción, este arte (no el de las famosas vanguardias rusas) es de un interés muy relativo, los museos a los cuales se había dirigido habían declinado cualquier interés por su parte."Le escribiré encantada un discurso de presentación en cuanto vea una lista de sus donaciones", respondí al *decano. Nada sucedió en siete u ocho meses, hasta que, a finales de julio, se me reclamó el texto. "Simplemente, quisiera ver la lista de lo que el señor Ludwig nos cede", volví a argumentar. No saqué nada en claro. Sólo se disponía de una larga lista de artistas cuyo encabezamiento dice así: "Relació d'alguns dels artistes dels quals hi ha obra en negociació".
"Sólo con que yo tenga la con firmación de que el señor Ludwig nos regala un dibujo de Tatlin, pongamos por caso, soy capaz de arrancar horas al sueño y escri birle un discurso. De lo contra rio, muy gustosamente cedo tal honor a cualquier otra persona". Y así-di por finalizado este episo dio. No hubo ninguna confirma ción y sigue sin haberla. Entre tanto, se ha investido doctor ho noris causa al señor Ludwig el pa sado 5 de octubre y los periódi cos afirman que cederá entre 50 y 100 obras de la trasvanguardia italiana, el pop americano, el ex presionismo alemán y el arte conceptual. No me importa volver a repe tir, porque parece que no aprendemos, que los museos están hechos de obras de arte en concreto. Vean si no el sopor que producen los expresionistas alemanes de segunda fila vistos en el Museo de Mochengladbad (Ale mania)o los nuevos realistas de tercera fila vistos en el nuevo Museo de Niza... No, no vamos -o no deberíamos ir- a los mu seos por sus paredes, ni por su. cafetería, sino por su colección.Personalmente no me parece inadecuado el que se dé un trato deferente a quien parece dispuesto a ceder algo de gran valor a nuestra ciudad. Evidentemente, desearía que el señor Ludwig cediera, por amor al arte y a nuestra ciudad, piezas espléndidas que vinieran a engrosar una colección que ya tuviera unos criterios definidos.
Esperemos que todo ello suceda, pero, por favor, esperemos a que nos diga en concreto qué nos cede exactamente. De lo contrario podríamos todos empezar a hacer correr el rumor de que cedemos nuestras colecciones de arte contemporáneo. Por oro lado, estos anuncios avant la lettre nos dan una terrible sensación de Bienvenido, Mr. Marshall, que sólo haría que evidenciar el vacío, no sólo de obras, sino también de ideas, quepadecería el futuro Museo de Arte Contemporáneo.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.