La feria de la Comunidad Valenciana es una ruina, según Luis Álvarez empresario de la plaza

El torero más taquillero es el sol, suelen decir los empresarios taurinos. En sentido contrario, el más antitaquillero es la lluvia, y ese es el que ha estado presente en la feria de la Comunidad Valenciana, prácticamente desde sus comienzos. Las consecuencias han sido fuertes pérdidas económicas, muy superiores a las previstas por la empresa del coso valenciano para una feria que califica de ruinosa. Precisamente a causa de la lluvia, el festejo de ayer fue suspendido. Estaban anunciados Manuel Caballero, Sánchez Mejías y Paco Senda, con reses de Dionisio Rodríguez.Luis Álvarez, gerente de la sociedad que regenta la plaza, asegura que la feria de la Comunidad Valenciana, institucionalizada hace tres años, tiene mal planteamiento: "La Diputación Provincial, al imponerla en las condiciones de explotación del coso -que es de su propiedad- pretendía promocionar la fiesta y enriquecer los actos conmemorativos del 9 de octubre -Día de la Comunidad-, pero está demostrado que se equivocó y debería corregir su error".

Aunque admite que el temporal de lluvias les ha perjudicado, entiende Álvarez que esta feria debe constar sólo de novilladas con las principales figuras del escalafón -entre las que hay varios toreros valencianos- o una corrida-concurso el Día de la Comunidad. La Diputación no acepta este programa, sin embargo, al no ajustarse al pliego de condiciones.

El cartel más atractivo de la feria está anunciado para esta tarde. Se trata de una corrida-concurso de ganaderías, que lidiarán los tres diestros valencianos más populares: El Soro, de Foios; Enrique Ponce, de Chiva, y Víctor Manuel-Blázquez, de Burjassot, que tomará la alternativa. No obstante, la lluvia persistente que cayó en Valencia durante todo el día de ayer, hacía temer la suspensión del festejo y produjo una sensible restricción en la venta de localidades.

Luis Álvarez dice que manana mismo empieza a organizar la Feria de Fallas de 1991 -la anuncia como la mejor y más larga de su historia- y el planteamiento de una interesante temporada en Valencia, que incluirá -por supuesto- las ferias de San Jaime, en julio, y de la Comunidad, en octubre. "únicamente reforzando el abono fallero y cuidando los restantes festejos", comenta el empresario, "se pue den equilibrar las pérdidas de esta última feria del año, que es una auténtica ruina".