Viaje por el más allá
Unas 40.000 personas visitan en Barcelona una exposición sobre ciencias ocultas
"El espiritismo no es preguntarle al abuelo dónde dejó guardada la cartilla de ahorros". Con estas palabras, Salvador Carmona, uno de los conferenciantes más conocidos por sus programas radiofónicos, pretendía explicar a los asistentes que el más allá debe tomarse en serio. Bolas de cristal y la curiosa máquina de la felicidad se han mezclado en el segundo Festival Popular de? las Ciencias Ocultas y la Adivinación, Magic 90, que abrió sus puertas el viernes y fue clausurado ayer en Barcelona.
La máquina de la felicidad fue por segundo año la estrella del festival, entre el olor a incienso de quienes hacían invocaciones mágicas. El ingenio que da felicidad gracias a un mecanismo aparentemente sencillo promete a quienes lo prueban una sensación de bienestar permanente que, entre otras cosas, "le devolverá la confianza en sí mismo y el sueño si padece insomnio", según reza en los folletos de su fabricante. Mediante unos auriculares y unas gafas opacas, el receptor percibe unas frecuencias sonoras y visuales que, al parecer, producen sensación de relajamiento. El precio de la máquina es de unas 130.000 pesetas.Por menos dinero -100 pesetas-, los visitantes podían conocer lo que el futuro le depara poniéndose a merced de unas máquinas tragaperras en las que aparecen las cartas del tarot iluminadas. Las pitonisas también encontraron clientela, pero a precios menos módicos.Las pirámides y calaveras son lo primero que salta a la vista y pone en guardia al visitante que pagó las 1.600 pesetas de la entrada Ascando algo más que una hilera de tiendas. En ellas el negocio estaba montado. Desde la venta de bolas de cristal que adivinan el porvenir, a las velas ritualizadas que según el color son capaces supuestamente desde hacer triunfar en el trabajo hasta conseguir recobrar la salud.
Satanismo
En las estanterías de los llibreros especializados abundaban los ejemplares referentes a las rutas de la Cataluña mágica y los temas satánicos, puestos fatalmente de actualidad a raíz de rituales en los que una niña de 11 años perdió la vida en Almansa, (Albacete), y que entre los asiduos al festival se interpretan como "propios de gente fanática que se precipitó por sendas peligrosas y brutales".La creencia de algunas personas en los fenómenos del más allá las lleva a confiar en ellos hasta para resolver los problemas más cotidianos. Una vendedora gaditana comentó que últimamente le piden conjuros que permitan encontrar vivienda a un precio razonable. Tampoco faltan otros personajes más peligrosos: los sanadores, que ofrecen sus servicios tanto para curar a personas en estado de coma como para recuperar maridos, esposas, novios y novias.
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