El objetivo de déficit para el próximo año será del 0,9%

El desequilibrio entre los ingresos y los gastos del Estado será de medio billón de pesetas el próximo año, según el proyecto de ley de presupuestos presentado ayer por el ministro de Economía, Carlos Solchaga. El déficit público quedaría así en el 0,9% del producto interior bruto (PIB).El Gobierno ha retocado, al alza, la previsión de déficit público para este año. La caída de la recaudación tributaria, con un especial protagonismo del impuesto sobre el valor añadido, ha llevado a elevar la estimación del déficit para este ejercicio desde el 1,6% previsto en febrero a un 2,1% con que terminará este ejercicio. El mayor déficit obedece a una caída de los ingresos de 237.000 millones de pesetas respecto a la cantidad presupuestada en febrero.

El déficit público será mayor este año que en 1989, ejercicio que terminó con un desequilibrio del 1,7% del producto interior bruto. El documento elaborado por Hacienda para la presentación del presupuesto justifica este aumento del déficit en el calendario de devoluciones por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Según este razonamiento, la fuerte caída del déficit del ejercicio pasado debe minorarse por el importe de las devoluciones de renta que correspondían a ese año, pero que se pagaron en el primer trimestre del actual ejercicio.

Tras realizar ese ajuste, que suma los 335.000 millones de pesetas de devoluciones en 1989, el déficit del año pasado queda en un 2,5%. A cambio ese mismo ajuste, conduce a un déficit de sólo un 1,5% para el presente ejercicio.

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, no especificó ayer en la conferencia de prensa si tras el ajuste económico en marcha se producirá alguna modificación en la fecha prevista para alcanzar el equilibrio presupuestario, es decir, el déficit cero. En un principio, el Gobierno se propuso alcanzar este equilibrio en el presupuesto para el año de 1992, una fecha límite que ya se había pospuesto antes del verano un año más, hasta 1993.

La reducción del déficit comenzó en 1986, después de cuatro años con un desequilibrio presupuestario superior al 5%. Las disminuciones de cada año equivalen a una menor apelación del Estado al ahorro del sector privado. Mientras exista este desequilibrio el sector público compite con las empresas a la hora de captar el ahorro de las familias.