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El Papa quiere que las universidades católicas refuercen su confesionalidad

Juan Arias

El Papa quiere a toda costa que a partir de ahora las universidades de la Iglesia antepongan su condición de católicas a cualquier otra consideración. Ésta es la primordial intención de la Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas que acaba de proclamar Juan Pablo II y que fue presentada ayer por la mañana oficialmente por el Vaticano.El enviado de Radio Vaticana preguntó si las universidades católicas, que durante siglos "han vivido y crecido en el mundo", necesitaban ser encuadradas en un corsé canónico y si dicho documento no podría ser interpretado como un deseo de centralizar en el Vaticano la enseñanza universitaria de la Iglesia.

Monseñor Laghi, pro prefecto de la Congregación para la Educación Católica, le respondió que al igual que los aviones necesitan para aterrizar no sólo una pista, sino también las luces que la iluminen, así las universídades católicas estaban necesitadas de una normalización.

En realidad, dicho documento no ha tenido una gestación fácil. De hecho, de su oportunidad se llevaba hablando en Roma desde hace 20 años, desde después del Concilio, y las fuerzas católicas más progresistas se habían resistido siempre. El texto final ha sido elaborado nada menos que seis veces antes de que recibiera la aprobación final del Papa Wojtyla.

Más que de "resistencias", como había comentado la Prensa , explicaron ayer los persona jes vaticanos, se ha tratado de "puntos de vista divergentes". La pugna fue entre quienes querían que quedara claro cuál debe ser la identidad de una universidad que pretende ser católica y entre quienes temían que el documento, con su fuerte acento sobre la identidad católica, pudiera significar en la práctica y en las intenciones de Roma un freno a la autonomía de la investigación y de la enseñanza en dichas universidades. Y así el documento ha sido -y se advierte en no pocas contradicciones del texto- el fruto de un compromiso, aunque la.balanza se ha inclinado al final hacia la parte conservadora vaticana.

Verdades incómodas

El documento vaticano afirma textualmente que "para que una universidad sea católica debe inspirar y realizar su investigación y todas las demás actividades según los ideales, principios y actitudes católicas y debe estar vinculada a la Iglesia". Las universidades católicas deberán además -añade- tener el coraje de "expresar con valentía verdades incómodas que no halagan a la opinión pública". Aunque el texto no pone ejemplos concretos, según los observadores, se trata, sobre todo, de los asuntos de bioética, del aborto y del control de la natalidad.Los presentadores del documento dijeron que hasta ahora en muchas de las llamadas universidades católicas se estaba mezclando un poco todo: desde la investigación científica a la labor social y política, cosas que a partir de ahora deben acabarse.

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