San Pedro en el Tercer Mundo
Dios mío, perdona al más alto dignatario de tu Iglesia por bendecir este sacrilegio en contra del hambre y la miseria de tantos seres humanos.Tu mensaje ha fracasado. Darás de comer al hambriento y considerarás al prójimo como a ti mismo. No se ha comprendido tu doctrina.
¿No es bastante el escándalo de la predicación de la Iglesia en estos países alentando la procreación ¡limitada sin un proceso civilizado que los condicione como verdaderos seres humanos y no como animales?
Esta basílica clama al cielo por su osadía, no porque se eleve hacia él. Ya es hora de que se oiga la voz de muchos cristianos que no toleran la podredumbre de la jerarquía eclesiástica y dirigen sus plegarias a un cielo raso sin cúpulas criminales.
Deseamos desde el fondo de nuestros corazones la demolición de tal basílica, que sólo representa el olvido del amor de Dios- María Luisa R. Kuntz. Madrid.
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