_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una nueva ONU

LA ASAMBLEA de las Naciones Unidas de 1990 se reúne en una coyuntura excepcional: cuando el Con sejo de Seguridad -el órgano de la ONU encargado de responder a los ataques contra la paz- ha decretado un embargo contra Sadam Husein y refuerza las medidas coercitivas para darle la máxima eficacia. Después del cerco naval, una nueva resolución, ya consensuada, debe establecer el bloqueo aéreo. La respuesta a la invasión de Kuwait ha sacado a la luz el verdadero carácter de la ONU, que no se basa en la renuncia al uso de la fuerza. Su Carta prevé medidas -aún no aplicadas en el caso actual- que llegan al empleo de medios militares para imponer el respeto del derecho internacional. Este aspecto coactivo de la ONU causa cierta sor presa porque, casi desde su fundación, la ruptura entre EE UU y la URSS dejó sin vigencia ese aspecto esencial de la Carta. Ahora, con el fin de la guerra fría, surge la posibilidad de volver a una aplicación mucho más completa de los principios esenciales de la ONU. Si las decisiones adoptadas hasta aquí por el Consejo -y otras que eventualmente tome en el futuro- lo gran hacer retroceder al agresor iraquí, no cabe duda de que se abriría un periodo nuevo en la vida internacional en el que la ONU desempeñaría un papel decisivo. Perspectiva que no puede estar ausente de los debates de la Asamblea General que acaban de iniciarse en Nueva York.

El papel de ésta, en la que participan los 160 miembros de la ONU, es distinto al del Consejo. Y cuando éste se ocupa de un conflicto -como ocurre ahora con el Golfo-, la Carta especifica que la Asamblea no hará recomendaciones al respecto. Sin embargo, es obvio que la agresión iraquí será un punto central de los discursos que van a pronunciar jefes de Estado y de Gobierno y cancilleres de numerosos países. Dato sintomático: Bush hablará el 1 de octubre, el mismo día que el ministro iraquí. Ante la Asamblea se enfrentarán las tesis -sobre el carácter que tiene el actual conflicto del Golfo: ¿choque del Tercer Mundo con los países ricos y opresores -como pretende Sadam-, o enfrentamiento de los miembros de la ONU fieles a su Carta y al derecho internacional contra un agresor? Con todos los matices previsibles, las corrientes que se perfilen en la Asamblea -tribuna y pasillos- darán indicaciones importantísimas acerca de la amplitud del consenso con el que cuentan las decisiones adoptadas por el Consejo de Seguridad.

Por ello es fundamental que los países europeos actúen en ese foro utilizando al máximo sus capacidades de diálogo con el mundo árabe y con otras zonas del Tercer Mundo, a fin de deshacer los argumentos que Sadam utiliza -no sin cierto éxito- contra el mundo occidental. No se trata de caer en la trampa de los iraquíes, que descalifican las decisiones actuales de la ONU alegando que en el pasado otras decisiones no fueron respaldadas por sanciones. Como hemos visto, lo característico del momento actual es que la ONU tiene una nueva oportunidad de actuar con la plenitud de los medios previstos en la Carta. A la vez, es obvio que el caso de la agresión iraquí no puede ser una excepción. Y la Asamblea de la ONU es el lugar adecuado para dar los pasos imprescindibles en la resolución de otros conflictos, como el palestino, en consonancia con la Carta y los principios de la ONU. Una conferencia sobre Oriente Próximo -que ha obtenido ya bastantes apoyos- sería la demostración de la voluntad constructiva para los palestinos y privaría a Sadam de muchos de sus argumentos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Por otra parte, precisamente porque ahora la Carta de la ONU recobra su vigencia, parece lógico pensar en reformas orientadas a lograr una mayor adecuación a las realidades actuales. Es el caso de la idea de Andreotti proponiendo que la CE esté representada como tal en el Consejo de Seguridad. Quizá lo más eficaz sería que un grupo de estudio analice esa y otras propuestas similares con visión de futuro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_