Un Lincoln Center en Madrid
Leo en EL PAÍS del viernes 7 de septiembre, no sin cierto estupor, en la entrevista con Pablo López de Osaba, director del Consorcio Madrid Capital Europea de la Cultura, que este señor descubre que Madrid está "floja de infraestructura cultural" y "que no tiene teatros, sino teatritos". ¿De dónde nos llega este fichaje que, de haber estado en Madrid en los últimos 20 años, no ha abierto la boca antes? .Cierto es que Madrid nunca verá Los miserables o El fantasma de la ópera con sus producciones originales, porque no hay teatros donde quepan o salgan los números de taquilla. Ahora mismo se puede ver en Madrid un ballet ruso que desde la mejor y más cara butaca sólo permite atisbar a los bailarines desde la cintura para arriba. Tanta culpa de esta situación la tiene el público como la Administración. El que no llora...
Pero más terror que el hecho de que Madrid no tiene teatros da su explicación: "... en mi opinión, este centro [auditorio polivalente] debería estar en la confluencia de la calle de San Francisco de Sales y de la avenida de Pablo Iglesias, e incluso ya contamos con dibujos del edificio". ¿Sabrá alguien de la Administración de las necesidades de un ballet, un concierto, una comedia musical, una ópera o un congreso, y lo distintos que son unos de los otros... amén de la organización de la sala o salas para que cada función que se dé no dependa de una subvención o un patrocinador? A juzgar por los dos ejemplos recientes de grandes teatros nuevos (2.000 o más localidades) construidos en España (Santander y Sevilla), los madrileños estamos apañados y seguiremos infraestructurados, eso sí, habiendo gastado miles de millones en el empeño.
Al igual que hay futbolistas de importación, existen arquitectos especializados y asesores técnicos (consultings) con infinidad de experiencia probada en estos edificios complejos. ¿Por qué hay que llamar al amigo de turno que nos haga unos dibujos del edificio? Lamentablemente, cada día sabemos más ciudadanos la respuesta a esta pregunta, pero si los medios de comunicación dedicasen tiempo y espacio a abrirnos los ojos, y que ronste que EL PAÍS en muchísimas ocasiones lo intenta, algún día podríamos Contar con un Lincoln Center en Madrid. De haber,empleado en ello los presupuestos del Festival de Otoño de estos últimos años, y con el afilado y experto ojo del señor Borrell, ya lo tendríamos-
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