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LA CRISIS DEL GOLFO

Sadam abre la frontera kuwaití con Arabia Saudí

En otra maniobra sorprendente, Sadam Husein reventó en la madrugada del domingo la bolsa de pus que ya le supuraba en Kuwait, al abrir el puesto fronterizo de Jafyi, en la costa este de Arabia Saudí. Miles de kuwaitíes se lanzaron precipitadamente hacia la libertad. Los primeros en alcanzarla lo hicieron en torno a las cuatro de la madrugada. Durante el resto del día, una apretada cola de automóviles, en su mayoría lujosos, cubrió por completo el kilómetro y medio que separa un puesto fronterizo del otro, ambos cerrados desde el pasado 2 de agosto, fecha de la invasión de Kuwait por tropas iraquíes.

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, ENVIADO ESPECIAL,Los primeros kuwaitíes huidos relataron, sin facilitar sus nombres por miedo a posibles repre salias contra sus familiares que quedaron atrás, el horror de es tos últimos días vividos en lo que ya no creen que nunca vuelva a ser su país."Mire esta foto de mi hermano. Vea cómo lo acribillaron a balazos en la cabeza. Se lo ha bían llevado los iraquíes hace una semana. De esta forma nos lo han devuelto". Este kuwaití tuvo que contener las lágrimas pero no la rabia; quería que todos los equipos de televisión cap taran esa imagen para que el mundo la viera.

Un niño de 12 años, llamado Abdula, que aún temblaba con las manos agarradas a la alambrada puesta por la policía de fronteras saudí, dijo: "Hemos tenido suerte. Sólo dejaban salir a los kuwaitíes. En cuanto le den los papeles a mi padre, nos iremos a los Emiratos Árabes Unidos".

Papeles y documentación era el primer problema. "Nos lo quitaron todo al pasar. Los iraquíes registraban el coche. Y los bolsillos. Y las maletas. Se quedaron con dinero y rompieron los pasaportes y el carné de conducir. Ahora tenemos que probar quiénes somos. Y que nos crean", explicaba una mujer de 21 años, quien después de resistirse reveló que se llamaba Nadia y que era estudiante de Farmacia: Estaba sentada al volante de un Mercedes último modelo.Ocultar los documentos

Otros habían logrado ocultar el pasaporte aun sabiendo que el riesgo era grande. "Les dije a los iraquíes que con las prisas lo había olvidado en casa", dijo un tipo que hasta ayer trabajó en el cuerpo de bomberos de Kuwait capital.

A su lado, varios kuwaitíes repetían lo mismo: "Matan por cualquier cosa. Matan sin razón. Matan en las calles. Y los iraquíes no van solos. Van acompañados por palestinos que no visten uniforme pero que están armados", gritaba otro hombre.

Armados e ilusionados: "Dicen que Sadam Husein les va a regalar Kuwait a los palestinos. Ya se están quedando con nuestras casas. Van a apoderarse de nuestro país. ¿No decían que no tenían tierra? ¡Ahora les entregarán la nuestra!", protestaba uno señalando el automóvil de su propiedad, un magnífico Cadillac.

Sadam Husein hizo añicos la bolsa y de ella escaparon despavoridas familias con buenos coches y dinero. ¿Para qué retenerlas dentro? Comen cuando hace falta racionar los alimentos. Conspiran cuando la situación no soporta un enemigo más en el interior. Su huida sirve perfectamente a los intereses de Bagdad: donde deje un hueco el nativo, un iraquí o un palestino ocupará su lugar.

Pero era preciso controlar muy bien esta avalancha de los primeros refugiados de clase alta y nacionalidad única.

Atrás, o por otras fronteras que unen a la pobreza, quedaban miles de asiáticos; inmigrantes de Filipinas, Sri Lanka y Pakistán. Éstos no tienen casa ni bienes apetecibles. Podían seguir dentro.

Desbordadas al principio, las autoridades saudíes intensificaron los controles a lo largo del día. Se trataba de hacer un buen filtro de los kuwaitíes para evitar que se infiltrasen saboteadores o agentes iraquíes en este país.

"Estoy seguro de que entre nosotros, kuwaitíes, algún iraquí se colará. Hemos de tener paciencia. Aunque tardemos días guardando cola, sabemos que al otro lado de esta alambrada está la libertad", dijo otro hombre que había escapado con toda su familia formando una caravana de cinco automóviles. Según los funcionarios del servicio de inmigración saudí unos 3.000 nuevos refugiados atravesaron, la frontera.La cercanía de la guerra

Al preguntarles si los iraquíes temen una posible guerra que cada día parece más cercana, los kuwaitíes respondían que sí: "Los soldados iraquíes tienen miedo de los americanos. No entienden cómo no han atacado ya. Los iraquíes no están tan bien entrenados. Y no tienen moral. Las dos últimas semanas han estado acuciándonos y maltratándonos, pero repetían que cualquier día nos dejarían escapar, Que esto era posible lo supimos hace unas horas al oír una emisión de La Voz de América, que indicaba que estaban dejando salir a gente por este punto fronterizo", explicó otro refugiado abriendo paso en este formidable cao-s para que entrara una ambulancia de la Media Luna a recoger a un herido.

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