En tierra de nadie

El dinero, alentado por las crónicas fechadas en Helsinki y por el Comportamiento favorable de los principales mercados internacionales, en especial Tokio, decidió ayer, desde el inicio de la jornada, hacer acto de presencia en el mercado de valores madrileño.Con escasa contrapartida de papel y en un ambiente en el que predomina la incertidumbre, su presencia propició una ligera recuperación en los volúmenes de negocio y en las cotizaciones. Sin embargo, a lo largo de la mañana, el impulso alcista se fue diluyendo, en una dinámica que no varió ni siquiera la favorable apertura de Wall Street. La bolsa se concedió un respiro, traducido en un alza de cinco puntos. No obstante, la sensación dominante es la de provisionalidad. Todo, incluido el ánimo de los inversores, se encuentra entre paréntesis, y elementos como la publicación, hoy, del IPC de agosto, que en otro momento hubieran marcado la sesión, han dejado de ser determinantes.

El mercado piensa en negativo, y valora el impacto de la coyuntura interna y externa sobre valores soporte de alegres diseños de ingeniería financiera. La multinacional, Volkswagen inició su periplo en la bolsa a 29.200 pesetas por acción (29.180 al cierre), lo que supone un avance sobre el precio de referencia manejado en los últimos días.