González conversa con el primer ministro sueco en su residencia campestre

El presidente del Gobierno, Felipe González, llegó a las cuatro de la tarde de ayer al aeropuerto de Arlanda (Suecia), donde le recogió su homólogo sueco, el socialdemócrata Ingvar Carlson. Ambos viajaron juntos después a la residencia campestre del primer ministro sueco, situada en Harpsund, a 140 kilómetros de la capital, donde ayer mismo empezaron sus conversaciones que se prolongarán hasta hoy por la noche.Estas entrevistas estarán centradas, según precisó el jefe del Ejecutivo nada más desembarcar del avión Falcon 900 que le llevó a Estocolmo, en las relaciones económicas entre la Comunidad Europea y la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio), a la que pertenece Suecia; en los cambios en el Este del Viejo Continente y el porvenir de la socialdemocracia.

Suecia es, según González, "un observatorio de primera magnitud" sobre el deshielo en Europa oriental.

En una entrevista publicada ayer por el diario sueco Afionblandet González no disimula su admiración hacia el sistema sueco. "Con gusto me cambiaría", contestó a una pregunta sobre el dinamismo de la sociedad española comparado con el estancamiento de la sueca. ¿Qué significa eso del dinamismo?, se interroga el presidente español antes de responderse a sí mismo que en España puede querer decir que "hay que luchar todos los días por la igualdad". "Hay que pensar en nuestro desempleo [15% de la población activa], en Suecia sería inconcebible, impensable".

Tras dar una conferencia de prensa conjunta con su anfitrión González regresará hoy por la tarde, siempre acompañado por Carlson, en barco a Estocolmo. La travesía a bordo del Bjorkfjarden desde el puerto de Mariefred hasta la capital durará tres horas y media.

El domingo por la mañana saldrá para Madrid, adonde tiene previsto llegar en torno a mediodía.

Esa tarde y el día siguiente los dedicará a preparar su intervención del martes ante el Congreso de los Diputados, en relación con el conflicto del Golfo.