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Se esfuma un gran proyecto urbanístico para el que medió Antonio Guerra

El Ayuntamiento de Níjar (Almería) se reunirá hoy en sesión extraordinaria para aprobar la recalificación de 260 hectáreas, que volverán a ser de uso agrícola. Los terrenos habían sido recalificados como urbanizables para que la empresa Cala Bernardino pudiera construir 1.500 viviendas, un hotel de cinco estrellas y un campo de golf, con una inversión aproximada de 10.000 millones de pesetas. El alcalde de Níjar recibió hace un año la visita de Antonio Guerra, hermano del vicepresidente del Gobierno, interesándose por la situación legal de la parcela.

El proyecto iba a ser realizado dentro del parque natural de Cabo de Gata y contaba con el visto bueno de la Agencia del Medio Ambiente y la Comisión Provincial de Urbanismo.La decisión del Ayuntamiento, presidido por el socialista Joaquín García, se basa en razones administrativas ya que la empresa no realizó en el plazo correspondiente un pago de 50 millones de pesetas contemplado en la primera cláusula del convenio suscrito.

La visita de Antonio Guerra fue denunciada en Sevilla ante el juez Ángel Márquez por el concejal del Ayuntamiento de Almería, Antonio Fernández Sáez, que prestó declaración voluntaria y se refirió a supuestas irregularidades en la primera recalificación. En mayo pasado el Ayuntamiento decidió transformar 260 hectáreas de terreno agrícola en terreno urbanizable. Un mes después, la Comisión Provincial de Urbanismo daba el visto bueno tras introducir algunas modificaciones.

Ecologistas, grupos sociales y culturales y algún destacado representante en Almería de la Administración central se unieron entonces contra el proyecto, consistente en la construcción de un gran complejo turístico-residencial desarrollado sobre una superficie de 1.000 hectáreas en la denominada Finca del fraile, paraje donde Federico García Loca situó su Bodas de sangre. Una nota de protesta encabezada por el escritor José Ángel Valente fue firmada también por numerosos ciudadanos. Antonio López, alcalde accidental de Níjar, indicó que el municipio perderá los ingresos correspondientes a licencia de obras e impuestos, a razón de 50 millones de pesetas anuales mientras durasen las obras. "Nosotros no estamos dispuestos a que con el territorio de Níjar se enriquezcan cuatro y se especule con él, así que tranquilamente lo recalificamos y no pasa nada", según el concejal. El equipo municipal de gobierno había sido reiteradamente criticado por grupos ecologistas como el GEN, cuyo presidente, José Rivera, interpuso recurso contra la primera recalificación. "Para nosotros es una alegría, aunque sea una decisión que poco tiene que ver con el medio ambiente, y tenemos que felicitar al Ayuntamiento porque otros no han sido capaces de rectificar en las mismas circunstancias", dijo Rivera.

La urbanización proyectada hubiera supuesto la creación de un núcleo urbano de 5.000 personas, enclavado en pleno parque natural de Cabo de Gata.

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