Storaro y los siete colores

A la mágica habilidad de Vittorio Storaro se debe, en gran parte, el atractivo de Dick Tracy, la película dirigida e interpretada por Warren Beatty que inauguró el pasado martes la Mostra de Venecia: "Cuando algunos años atrás Beatty me propuso participar en el proyecto, yo dudé. Pero él supo convencerme, tocando uno de mis puntos débiles: un viaje al mundo del color".

Desde que Chester Gould, el creador de este cómic, en 1931, logró reflejar la gran separación entre la totalidad de la luz y su ausencia absoluta, "la reproducción visual", como señala Storaro, "de este tipo de sensación en la pantalla se ha convertido en mi obsesión". Para el célebre director de fotografía ha sido determinante el presentar a la mayor parte de los personajes con un traje de un color específico a lo largo de toda la obra: "Beatty nos exigió, a Richard Sylbert -el diseñador de la producción- y a mí, que renunciásemos a los tonos cromáticos usuales en el arte de la pintura clásica para regresar a los elementos básicos del color".

"He recreado una atmósfera jugando con las luces y coloreando las sombras", explica, "hasta lograr una contradicción basada en una simbología de elementos primordiales: el bien y el mal, el día y la noche, la luz y la obscuridad, el amor y el deber...". Ha iluminado en siete colores la obra: Tracy viste un amarillo solar, mientras el gángster Big Boy y los demás mafiosos, el azul obscuro y en índigo, los colores de la noche y del crimen.

Nadie podía crear imágenes tan originales como lo ha hecho Storaro. Con su vasta experiencia en la fotografía y su valiosa aportación en este campo, con películas que lo han hecho merecedor de varios Oscar (Reds dirigida por el mismo Beatty, Apocalypse now de Coppola, El último emperador de Bertolucci) el artista italiano vive un momento de gloria: desea presentarse a la presidencia del Sindicato de cineastas en Hollywood y manifestar la necesidad de internacionalizar el mundo del cine.