_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Turismo a la baja

AUNQUE HASTA hace escasos meses sólo se analizaba como un problema a medio plazo, la temporada estival ha acelerado la realidad: el sector turístico español no sólo ha tocado techo tras años de crecimiento continuado, sino que está al borde de una profunda recesión. "Lo más preocupante", decía a comienzos de verano el secretario general de Turismo, Ignacio Fuejo, "es la sensación de crisis que existe en el sector y que se ha trasladado también a Europa". Pero a mediados de julio la sensación etérea devino en hechos concretos y hubo de reconocerse que las previsiones oficiales de un tímido incremento del 1 % sobre el número de visitantes e ingresos habrían de revisarse a la baja. No es para menos. Durante los siete primeros meses del año los ingresos en pesetas han descendido el 14% con respecto a igual periodo del año anterior, según el Banco de España, y la propia Secretaría General de Turismo afirma que el número de visitantes ha caído en 750.000. Sólo en julio -el segundo mes más fuerte del año- el total de visitantes ha disminuido el 9%.

Se ha abandonado el susurro, y de la crisis se habla ya a gritos. El varapalo a un sector que supone más del 9% del producto interior bruto (PIB) y emplea al 11 % de la población ocupada, además de repercutir en el conjunto de la economía, con especial énfasis en el déficit exterior -ya muy deteriorado-, deja bien a las claras las deficiencias de un modelo que lleva consigo, junto con la profesionalidad de algunos, la falta de diversificación, la supere speculación y la mala calidad de los servicios. Se apostó por la rapidez, frente a un mínimo de racionalidad, y la mayor parte de los ayuntamientos y muchos empresarios se enriquecieron en muy pocos años a base de dejar nuestras costas del Mediterráneo en manos de operadores que ofrecían, fundamentalmente, a sus clientes sol y buenos precios.

La fortaleza de la peseta, que en los últimos cinco años se ha apreciado un 15% con respecto a las monedas del conjunto de los países desarrollados, y el aumento de los precios en el sector (un 9,7% a junio en tasa interanual, frente a un aumento del índice de precios al consumo -IPC- del 6,5%) han expulsado de nuestras playas a sus clientes, que ahora encuentran el mismo sol, pero más barato, en otros países de la zona. Mientras, la degradación del medio ambiente -en manos de depredadores, puros delincuentes- o las malas comunicaciones, por poner dos ejemplos evidentes, no son el mejor reclamo para el turismo de calidad.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

El año pasado los ingresos por turismo cayeron ya casi el 2% con respecto a 1988. Pero tuvo que llegar este verano para provocar las primeras reacciones. Los hoteleros, escaldados de soportar descensos en la ocupación cercanos al 8%, plantean la congelación de precios para la próxima temporada; algunos Gobiernos autónomos empiezan a revisar sus planes de desarrollo turístico; y los sindicatos piden una mesa nacional para debatir el problema. Son pequeños pasos en el camino que hay que dar: la revisión de un modelo que ya no sirve.

La Administración puede ir pensando seriamente cómo sustituir parte de unos ingresos que ayudaban sobremanera a equilibrar la balanza por cuenta corriente, y que en julio sumaba ya un saldo negativo de 896.600 millones de pesetas (24% más que el año pasado). El déficit comercial ha tenido menor contrapeso en julio. A la caída del turismo del 12% se ha unido la del 21% de las entradas netas de capital a largo plazo por los menores créditos extranjeros e inversiones. Es verdad que a corto plazo han entrado 561.400 millones de pesetas más (un aumento del 20% sobre el mismo mes del año anterior); pero se trata, fundamentalmente, de capital especulativo, y es lógico pensar que a partir de la inestabilidad de las bolsas suscitada por la crisis del golfo Pérsico esos capitales busquen otros refugios.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_