Detenido con un cuchillo y dos navajas el padre de Ias dos niñas asesinadas
La Guardia Civil detuvo ayer a Antonio Cabanillas, padre de las dos niñas asesinadas el domingo en Puerto Hurraco (Badajoz), armado con un cuchillo de cocina de grandes proporciones y dos navajas, cuando aguardaba la salida del juzgado de Luciana y Ángela Izquierdo.Cabanillas llegó al juzgado cuando las hermanas Luciana y Ángela se encontraban prestando declaración ante el juez Castaño Rojas. A la puerta del edificio se concentraron varios cientos de vecinos, entre los que, inicialmente, pasó inadvertido Antonio Cabanilla. La Guardia Civil efectuó un importante despliegue para controlar los acceso al juzgado y evitar posibles represalias de los Cabanillas.
Cabanillas llevaba oculto el cuchillo de cocina debajo de la ropa, a la altura de la cintura. Las dos navajas las llevaba en el bolsillo trasero del pantalón. El detenido no hizo en ningún momento ademán de utilizar ningún arma.
Antonio Cabanillas indicó a EL PAÍS el pasado martes, delante de los féretros de sus dos hijas Encarnación y Antonia, de 14 y 13 años, respectivamente: "Por el momento, no pienso vengarme". Los vecinos de Casteruela, que advirtieron la presencia frente al juzgado de Antonio Cabanillas trataron de disuadirlo para que se marchara del lugar. "Yo también tengo derecho a ver lo que hay aquí", dijo con ironía Antonio Cabanillas, tras ser detenido por la Guardia Civil.
En medio de fuertes medidas de seguridad, el juez Rojas tomó declaración a lo largo de la jornada de ayer a las hermanas Ángela y Luciana.
Emilia está localizada
Por otra parte -informa Pedro Jara- Emilia, la menor de los seis hijos de la familia Izquierdo Izquierdo, no se encuentra en paradero desconocido, sino que "en todo momento ha hecho su vida normal, salvo acercarse hasta Puerto Hurraco por razones de seguridad", según manifestaron ayer fuentes próximas a a la familia de su marido, Leopoldo. Sánchez.
"Ustedes dicen que Emilia estaba desaparecida y que el juez había dictado orden de búsqueda, y eso es mentira", afirmaba ayer una voz desde el domicilio de Jacinto Sánchez, en Cabeza del Buey.
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