Pasaporte a Cerro Belmonte
125 familias declararán la independencia de su barrio si el Ayuntamiento expropia sus viviendas
"Los ciudadanos de Cerro Belmonte son iguales ante la ley y no pagan impuestos; queda abolida la expropiación". Así puede rezar la Constitución de un nuevo Estado, desgajado del término de Madrid. Son tres hectáreas de casas bajas, algunas con jardín, que salpican una vaguada de Peña Grande; unas 125 familias de menestrales que acarrearon ladrillos hace más de 40 años para construir su vivienda. Dicen que el Ayuntamiento quiere expropiarles por 5.000 pesetas el metro cuadrado para exiliarles después a un apartamento con vistas al barrio del Pilar.
Los munícipes allanaban el camino a las excavadoras y en eso los vecinos pidieron asilo político en Cuba. Y se marcharon al Caribe, almorzaron con Fidel Castro y volvieron con guayabera. Ahora amenazan con in dependizarse de Madrid. Y aunque saben que es una simbólica guerra de titulares de prensa, los sueños, a veces, se cumplen escrupulosamente.A las once de la noche del pasado 26 de julio sonó el teléfono en casa de Esther Castellanos, abogada gratis et amore de las familias de Cerro Belmonte. Unas horas antes dos individuos habían ido de puerta en puerta por el barrio para indagar el domicilio de la letrada. Los vecinos la alertaron: "Cuidado, Esther; te andan buscando dos hombres con acento cubano en un coche negro con matrícula rara". Descolgó el auricular con la sospecha de que la petición de asilo político de la víspera había desatado extrañas presiones.
-¿Diga?
-Señora Castellanos, aquí la Embajada de Cuba, tenemos buenas noticias para ustedes. Un coche diplomático pasará a recogerla inmediatamente.
En la delegación disfrutó de la celebración del 37º aniversario del asalto al cuartel Moncada -fiesta nacional en Cuba- y le comunicaron que esa misma tarde había llegado un télex de La Habana: el Gobierno cubano les denegaba el asilo político, pero les invitaba a pasar una temporada en su isla.
A las seis de la madrugada del día 27 de julio volvió a repicar el teléfono de la abogada.
-¿Esther? La llamamos de la cadena SER. ¿Sabe que Fidel Castro acaba de terminar su dicurso y ha hablado 20 minutos sobre Cerro Belmonte?
La abogada Castellanos lleva 3 de sus 28 años en ejercicio. Especializada en separaciones y divorcios, hasta ahora sus combates se habían volcado en la colaboración con sociedades protectoras de animales. Pero su padre tiene un terrenito en Cerro Belmonte.
'Fabricante de noticias'
"Somos conscientes de que actuamos de cara a la galería, pero la única manera de hacer nos oír por los políticos es a través de los medios de comunicación", confiesa esta fabricante de noticias, que ha maquinado las protestas. Caceroladas a la puerta del alcalde, conflictos diplomáticos, misivas al Papa todo vale con tal de llegar a la opinión pública. Y en septiembre, la independencia.Los 30.000 metros cuadra dos de paraíso fiscal a un cuarto de hora en coche de la Castellana podrían llegar a inquietar a las autoridades de Andorra y Gibraltar. La atractiva exención de impuestos y el peaje en la autopista de Sinesio Delgado, que atraviesa el barrio, garantizarían una Hacienda saneada.
En la realidad, todo comenzó el 29 de marzo de 1989, cuando el pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó la expropiación forzosa de las fincas de Cerro Belmonte para remodelar una "bolsa de deterioro urbano". En su lugar, los planos de la Gerencia de Urbanismo marcan una colonia de chalés adosados. La máquina burocrática se puso en marcha y comenzó a escupir notificaciones a comienzos de abril.
Los que acudieron a los despachos de la plaza de la Villa obtuvieron la callada por respuesta. "El silencio administrativo ha sido nuestra única forma de diálogo con el Ayuntamiento", denuncia Castellanos.
En resumen, los vecinos se quejan de. que les vayan a pagar 5.018 pesetas por metro cuadrado y realojarlos en bloques de pisos de 40 metros cuadrados. "El alcalde no nos recibe y no hemos conseguido hablar con ningún alto cargo municipal", insiste la letrada.
Pisos a 20 millones
Junto a Cerro Belmonte, una inmobiliaria ofrece pisos de más de 90 metros cuadrados a precios que rondan los 20 millones de pesetas, según aseguran los vecinos. "Sospechamos que la expropiación de los terrenos, que es más barata al tratarse de viviendas unifamiliares, pueda ir seguida de recalificaciones para construir pisos en altura", ratifica Esther Castellanos. Y por menos de 200.000 pesetas por metro cuadrado, las familias de Cerro Belmonte dicen que no se mueven de allí, salvo que sean realojadas en los nuevos chalés adosados.Miguel Ángel Blesa, adjunto al gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, precisa que se limita a cumplir las indicaciones del Plan General de Madrid para sanear una de las denominadas bolsas de deterioro urbano. Al mismo tiempo, puntualiza que los precios del acuerdo definitivo de expropiación oscilan entre un mínimo de 5.908 y máximo 14.025 pesetas por metro cuadrado, que hay que aumentar en un 5% en concepto de premio de afección. Blesa asegura que su departamento ha mantenido al menos tres reuniones con los afectados. Para el Ayuntamiento, hay unos 31,propietarios que residen en el barrio y otros 67 son inquilinos.
"Es cierto que sólo podemos hacernos cargo del valor urbanístico de las fincas, que no tiene que coincidir con el de mercado. Si el 60% de los propietarios se pone de acuerdo puede cambiarse el régimen de expropiación por el de compensación, y serán ellos quienes urbanicen la zona y construyan sus propias casas unifamiliareas, pero a sus expensas", precisa el responsable municipal.
En las barricadas de Cerro Belmonte -pancartas, vallas de obras y contenedores de basura-, medio centenar de vecinos cortan el tráfico por las tardes en los dos extremos de la calle de Villaamil. Santiago Gil, instalador electricista de 42 años, vive en el barrio desde los cinco. Asegura que tiene una casa con un terreno de casi 400 metros cuadrados, por el que el Ayuntamiento no va a pagar los 15 o 20 millones de pesetas que, a su juicio, vale realmente. A su lado, Desiré Becerril, que ha pasado 40 de sus 69 años en Cerro Belmonte, afirma: "Si vienen las excavadoras me tendrán que sacar con las paredes de mi casa. ¿Cómo voy a cambiar un jardín de 244 metros cuadrados por un pisito en la vereda de Ganapanes?".
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